Consejo mundial
Roma, 6 de abril de 2020
A la Asociación de Salesianos Cooperadores
Estimados Salesianos Cooperadores y Salesianas Cooperadoras, Delegados y Delegadas, Consejeros mundiales:
Estamos viviendo la Pascua y con gusto quiero compartir este mensaje con todos vosotros.
La emergencia de salud que estamos experimentando en estos días está cambiando nuestros hábitos cotidianos. Las restricciones, que se están implementando en muchos países, nos obligan a un aislamiento social en el que nunca hubiéramos pensado.
Todos nosotros, en los diversos niveles: familia, trabajo, asociación, estamos involucrados y esta situación no nos deja indiferentes. Esta emergencia ha entrado violentamente en nuestras vidas y, a veces, nos cuesta reaccionar.
Pero no debemos desanimarnos.
Como Salesianos Cooperadores estamos llamados a vivir nuestra promesa en las condiciones de vida en las que nos encontremos. Incluso ahora que hay esta pandemia.
En el Congreso mundial de Roma, celebrado en el año 2018, como Asociación de Salesianos Cooperadores, aprobamos los desafíos para los seis años siguientes, fijando la atención en muchos aspectos que también nos interpelan en este período.
Prestemos atención a las familias, comenzando por las nuestras, siendo portadores de esperanza para aquellos que viven cerca de nosotros; preocupándonos por si tienen lo necesario para vivir, porque puede que haya familias donde no hay trabajo. Preocupémonos por los ancianos, los enfermos, haciéndoles sentir nuestra presencia de la forma que cada uno puede mejor hacerlo.
Prestemos atención a los jóvenes que, en estos momentos, se sienten desorientados. Se ven obligados a llevar un estilo de vida que no siempre está cerca de su deseo natural de unirse y estar junto a otros jóvenes. Convirtámonos en puntos de referencia, como adultos en la fe, para trasmitir su esperanza en el futuro. Compartamos con ellos experiencias vividas en el pasado en situaciones similares (terremotos, guerras…) con el fin de ayudarles a comprender que juntos y con confianza superaremos, incluso, estos días difíciles. Estamos convencidos en que: «Todo irá bien».
Prestemos atención a los Salesianos Cooperadores, los Delegados y los Aspirantes de nuestros Centros para evitar que sientan la sensación de abandono que se puede crear debido a la dificultad de comunicarse, de encontrarnos físicamente. Estemos atentos y cercanos a las familias de los que murieron a causa de esta pandemia.
Mantengamos vivo el contacto con todos nuestros hermanos y hermanas de la Familia Salesiana en las realidades en las que estamos insertos. Son parte de nuestra familia y también debemos tener gestos de atención hacia ellos.
Agradecemos las palabras del Papa Francisco que nos invita a poner de manifiesto la creatividad del Amor.
Ser creativos, como salesianos que somos, debe ser nuestro sello.
Los medios de comunicación actuales nos están ayudando (videollamadas, wasap…). Usémoslos para difundir la esperanza.
Dediquemos el tiempo dado a orar, formarnos y hacer formación, mantener vivas las relaciones, aunque solo sea por teléfono.
Encontremos nuevas maneras de estar al lado de todos los hermanos que conocemos, incluso con solidaridad económica, a través de iniciativas locales. En este momento son más eficaces los contactos con cada una de estas situaciones que cada Centro conoce.
No podemos dejar pasar los días sin vivirlos como protagonistas en el lugar donde nos encontremos, con los medios que tengamos disponibles, permaneciendo en casa y respetando las normas dictadas por los diferentes gobiernos. Esta es también una manera de concretar nuestro ser «buenos cristianos y honrados ciudadanos».
El entusiasmo, la alegría, la esperanza, que en estos momentos podemos dar, se basa en la certeza de que el Señor no nos abandona.
Él está entre nosotros ahora, aunque a veces sea difícil ver su presencia, nos apoya y nos invita a tener esperanza.
Él, que pasó por la cruz del Viernes Santo, continúa diciéndonos que después llega el Domingo de Resurrección.
Esta es la creatividad del Amor que debemos hacer emerger a nuestra vida diaria en todos estos días.
Os deseo una feliz Pascua del Señor a todos y cada uno de vosotros a todos vuestros seres queridos.
Verdaderamente Cristo ha Resucitado.
Antonio Boccia Coordinador mundial