Redacción.
El sábado 22 de julio concluyó la XIII Escuela de Delegados de Familia Salesiana. Compartimos el Manifiesto final de dicha Escuela.
MANIFIESTO DE LA XIII ESCUELA
DE DELEGADOS Y DELEGADAS DE LA FAMILIA SALESIANA
1. La alegría del Evangelio llena nuestro corazón y nuestra vida entera, que madura a medida que la entregamos para dar vida a los otros. Nos ha tocado un lote hermoso. Nos encanta nuestra heredad: Ser delegados y delegadas consagrados y laicos de la Familia Salesiana.
2. Quienes hemos participado en la XIII Escuela de Delegados y Delegadas de Familia Salesiana manifestamos con enorme gozo que ha sido para nosotros un momento crucial y precioso para darnos cuenta de cómo todos, por el bautismo, compartimos la dignidad y la vocación común de participar en la vida y en la misión de la iglesia.
3. Queremos manifestar también que la experiencia de estos días de reflexión y comunión ha sido para todos nosotros, consagrados y laicos, un momento de efusión del Espíritu y un horizonte de esperanza que se abre para la iglesia hoy. Y también una fuerte llamada a la “conversión pastoral”, sin la cual no hay verdadera sinodalidad.
4. Estamos convencidos de que la sinodalidad, –que es un aprendizaje continuado y paciente para escuchar, adquirir una mentalidad abierta y una apertura grande a los otros, crecer en la capacidad de aprender y ser capaz de modificar puntos de vista y dialogar sin límites–, tiene su principal palestra de entrenamiento en las reuniones de la comunidad SDB y FMA, y en los encuentros de centro de los demás Grupos de la FS. La sinodalidad se aprende practicándola con paciencia y juntos.
5. Pensamos que una manera concreta y práctica de aprender y vivir la sinodalidad por parte de quienes somos hoy los depositarios del carisma, la misión y la espiritualidad salesiana en un territorio, es la puesta en marcha sin demora de los consejos locales e inspectorial de la Familia Salesiana en donde todavía no existen.
6. Nos parece que por lo que respecta a la Familia Salesiana (todos sus miembros incluidos) se constata una débil incorporación al movimiento sinodal de la iglesia. Por eso invitamos desde aquí, con humildad y sencillez, a toda la Familia Salesiana a incorporarnos, a partir de la sesión de octubre, al seguimiento de las tareas del Sínodo 2023-2024.
7. A María, Madre de la Iglesia y Auxiliadora de los cristianos, a quien hemos sentido presente estos días entre nosotros, confiamos la continuación de nuestro empeño por una Iglesia sinodal cuando llegue el momento de actualizar sus frutos en la vida cotidiana de nuestras comunidades.
Madre del Evangelio viviente,
manantial de alegría para los pequeños,
ruega por nosotros.
Amén. Aleluya.
El Escorial, 22 de julio de 2023.