Borja Pérez, Consejero Mundial

PROYECTO REGION IBERICA 2025-26 – Felices los Humildes-
Presentamos en este documento nuestro Proyecto Anual para el curso 2025-26, para el que proponemos el lema “Felices los humildes”.

Este Proyecto se enmarca dentro del Plan Trienal 2025-2028 “Os quiero felices”, donde proponemos, en el contexto de nuestro 150 aniversario, el testimonio de la alegría del Evangelio con estilo salesiano como nuestro principal argumento para situarnos en el mundo, en nuestro trabajo, en nuestra familia y entre los jóvenes, poniendo en valor la alegría permanente y duradera que produce la vida vivida en plenitud evangélica frente a otras propuestas de felicidad más inmediatas y efímeras que nos ofrece la sociedad actual.

Para estructurar el trienio, proponemos como Asociación recibir como propio el mandato que la Virgen María le da a Juanito Bosco en su sueño de los 9 años, y sueño proyectual, con el que Juan va descubriendo qué quiere Dios para él, no sin dificultades y dudas. En el sueño la Virgen pedía a ese niño de 9 años que se hiciera humilde, fuerte y robusto para poder llevar a cabo el plan que Dios tenía para él. Por eso, nuestra propuesta es trabar en estos tres años cómo podemos ser, en el ámbito de la Región Ibérica, una Asociación humilde, fuerte y robusta.

Este primer año del trienio culminará en mayo con la celebración de nuestro 150 aniversario, un momento festivo, alegre, que queremos festejar como se merece. Pero queremos plantear esa celebración desde la humildad, sabiendo que el camino recorrido ha sido un don del Señor que nos ha llamado y nos ha ofrecido el precioso don del carisma salesiano, y el enorme desafío de ponerlo a disposición de toda la Iglesia y de todo el mundo.

Por tanto, proponemos redescubrir desde la humildad todos estos dones del Señor, que tanto bien han hecho estos 150 años, y que nos van a permitir afrontar tantos nuevos desafíos.

PROYECTO REGION IBERICA 2025-26 – Felices los Humildes-

Felices los humildes 

“Felices los humildes”, lema elegido para este curso, nos conecta con las dos propuestas que convergen este año en la animación de la Asociación en la Región:

  • El “os quiero felices” que proponemos para el Trienio 2025-28, una invitación a testimoniar y ofrecer a todo el mundo la alegría del Evangelio con estilo salesiano.
  • El “hazte humilde” que constituye el primero de los tres mandatos de la Virgen a Juanito Bosco en su sueño de los 9 años.

Este lema nos invita a reconocer en la humildad el punto de partida en nuestro camino para descubrir la alegría del Evangelio.

En el contexto de la gran celebración de nuestro 150 aniversario, proponemos trabajar el tema de la humildad desde diferentes claves:

  • Humildad desde la gratitud
  • Humildad en la renovación interior y comunitaria
  • Humildad para ponerse al servicio de la Asociación
  • Humildad en la misión vivida con sencillez y amor
  • Humildad en la entrega generosa

Humildad desde la gratitudporque reconocemos nuestra vocación como un don del Señor, y el carisma salesiano como un regalo para la Iglesia que debemos custodiar, pero no acaparar, poniendo a disposición de la Iglesia y del mundo, como salesianos externos insertos en la realidad que nos toque vivir.

Con agradecimiento también a los que han ido modelando este largo camino de 150 años, hombres y mujeres sencillos que han ido dando respuestas a los retos que han afrontado en otros contextos sociales, políticos y religiosos, y que nos marcan el camino para seguir dando respuestas renovadas con audacia y humildad. Hermanos y hermanas que en no pocas ocasiones siguen en nuestros centros desde la retaguardia, en un segundo plano, y que no pocas veces atraviesan dificultades de salud. Seamos humildes para acompañarlos desde la gratitud.

Humildad en la renovación interior y comunitariasabiendo que dar respuestas desde el Evangelio en un mundo tan dinámico y complejo exige en ocasiones renunciar a nuestras ideas preconcebidas y resituarnos, poniendo el vino nuevo en odres nuevos y saliendo de nuestra zona de confort. Situarnos desde la humildad es clave para poder afrontar estos procesos de renovación y conversión, no sólo a nivel personal, sino también a nivel comunitario, al acoger con sencillez los dones de los hermanos, al escuchar con paciencia y al ceder protagonismo. Así edificamos comunidad desde la gratuidad y el amor fraterno, siendo fermento de comunión.

Humildad para ponerse al servicio de la Asociación, sabiendo que uno de nuestros campos de apostolado es la propia Asociación, que todos estamos llamados a animar de forma corresponsable. Esta actitud humilde debe manifestarse no solamente en la propia disponibilidad para el cargo y en su aceptación, sino también en el propio desempeño del servicio, poniendo a los hermanos y a la Asociación en el centro, sabiendo que ésta no es un fin en sí mismo si no un instrumento para anunciar el Evangelio dentro de la familia salesiana.

Humildad en la misión vivida con sencillez y amor, desde el convencimiento de que la misión no consiste en hacer muchas cosas, si no en ser testigos, y que un testimonio auténtico y generoso tiene un efecto multiplicador. Mamá Margarita, humilde, sencilla y generosa, puede ser nuestro mejor ejemplo.

Humildad en la entrega generosa, sabiendo que siempre recibimos mucho más de lo que damos. Los salesianos cooperadores buscamos ser testigos del amor de Dios en nuestra vida diaria, comprometiéndonos con la misión de San Juan Bosco de educar y evangelizar a los jóvenes, especialmente a los más necesitados, mostrándoles así la alegría del Evangelio, y desde la convicción que Dios devuelve todos nuestros esfuerzos “ciento por uno”, conforme a la promesa de Jesús en el Evangelio de Mateo: «Y todo el que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o tierras por mi causa, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna

Proponemos por tanto para este primer año del trienio, poner en valor la humildad, la sencillez y la mansedumbre, una tarea profundamente espiritual pero también pastoral. Estos valores no solo reflejan el corazón del Evangelio, sino también el carisma de Don Bosco. Aquí presentamos algunas claves para trabajarlos a lo largo de este curso:

  1. Formación y reflexión continua. Cuidar los momentos de formación y las propuestas de oración y espiritualidad, inspirándonos especialmente en pasajes evangélicos donde Jesús encarna esos tres valores, así como en los santos de la familia salesiana que son ejemplo de los mismos.
  2. Dando ejemplo desde el servicio vivido con sencillez. Vivir el servicio a la Asociación con coherencia a estos valores: liderando desde el servicio, expresándonos con sencillez, corrigiendo con mansedumbre. Fomentar una cultura de servicio, donde el prestigio no se mide por el cargo, sino por la entrega.
  3. Sencillez en la vida de centro. Crear en nuestros centros espacios de escucha y diálogo, donde todos se sientan valorados, especialmente los hermanos mayores y que atraviesan por dificultades. Promover actividades de servicio humilde (visitas a enfermos, acompañamiento a personas solas, etc.).
  4. Espiritualidad salesiana encarnada. Recordar que Don Bosco decía: “La dulzura en el hablar, en el obrar y en reprender, lo gana todo y a todos”. Tengamos siempre presente esta dulzura en nuestra vida asociativa y en nuestra vida diaria.
  5. Comunicación que edifica. Fomentar un lenguaje positivo, sencillo y cercano en reuniones, redes sociales y comunicaciones asociativas, evitando la crítica destructiva o el protagonismo personal, promoviendo el reconocimiento mutuo y la gratitud.

Seamos hermanos sencillos para construir una Asociación más humilde, y por tanto, más evangélica.

 Desde la Secretaría Regional os deseamos un feliz curso.