Compartimos el mensaje .de nuestro coordinador Mundial, Antonio Boccia, en la fiesta de María Auxiliadora.

“…Te daré una maestra”

“…cuando apareció un hombre venerable, vestido con un manto blanco y de rostro luminoso.
Este hombre llamó a Don Bosco por su nombre y le ordenó guiar a aquellos niños con mansedumbre y caridad, enseñándoles la fealdad del pecado y el valor de la virtud.
Confundido y asustado, Don Bosco preguntó cómo podía hacer todo esto, siendo sólo un niño pobre e ignorante.
El hombre respondió que le daría un maestro bajo cuya disciplina podría adquirir la ciencia necesaria…»
En el sueño María puso su mano sobre la cabeza de Don Bosco quien, en la vida, se confiará totalmente a Ella.
De la vida y el carácter de María aprendemos:
Confianza en Dios: María demostró confianza incondicional en Dios Aceptó la anunciación del Ángel Gabriel con humildad y obediencia, diciendo: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lucas). 1, 38). Su confianza en la voluntad divina nos enseña a confiar en Dios incluso cuando las circunstancias parecen difíciles o misteriosas.
Humildad: María se consideraba «sierva del Señor». A pesar del papel extraordinario que le fue asignado como madre de Jesús, se mantuvo humilde y consciente de su dependencia de Dios. La humildad nos ayuda a reconocer nuestras limitaciones y buscar la gracia de Dios.
Fidelidad: María fue fiel a Dios durante toda su vida. Enfrentó desafíos como el nacimiento de Jesús en un establo y la Crucifixión, pero se mantuvo fiel a su misión. Su coherencia nos recuerda la importancia de permanecer fieles incluso cuando las circunstancias son difíciles.
Amor maternal: María fue una madre amorosa para Jesús. Ella cuidó, protegió y apoyó a su hijo durante su infancia y más allá. Su amor maternal nos enseña la importancia de cuidar a los demás y ser compasivos.
Oración: María participó en la oración comunitaria y personal. Estuvo presente en el Cenáculo durante Pentecostés (Hechos 1, 14; 2, 1-4). Su vida de oración nos anima a buscar una relación profunda con Dios a través de la oración.
La vida de María nos ofrece ejemplos de confianza, humildad, fidelidad, amor y oración para ser «humildes, fuertes y robustos», como dijo con amor a Don Bosco.
Le pedimos a María que ponga su mano sobre nuestra cabeza.
Felices fiestas a todos y cada uno

Antonio Boccia
Coordinador Mundial