Compartimos esta carta de Antonio Boccia a todos los SSCC en este 16 de agosto:

Queridos/as Salesianos/as Cooperadores/as, el pasado mes de mayo, con ocasión de la reunión de la Consulta Mundial de la Familia Salesiana, tuve la oportunidad de dirigir un pensamiento de agradecimiento al padre Ángel por su servicio como Rector Mayor.

Lo propongo de nuevo hoy, 16 de agosto de 2024, día en el que don Ángel pone fin a su compromiso como Rector Mayor, como agradecimiento por su presencia siempre afectuosa y paternal en la Asociación de los Salesianos Cooperadores.

A continuación el texto del mensaje:

De la Carta de Identidad de la Familia Salesiana,

Art. 13.: El Rector Mayor en la Familia Salesiana

La pertenencia a la Familia Apostólica de Don Bosco nace de la comunión y se nutre de ella. Es una correspondencia con el Espíritu que tiende a la unidad dando contenido a expresiones concretas, incluso institucionalizadas, para garantizar una relación eficaz y una colaboración operativa.

Por lo tanto, la pertenencia a la Familia Salesiana necesita un centro vital que actualice la referencia a Don Bosco, a la misión común y al mismo espíritu.

Este centro, según el pensamiento de Don Bosco, es el Rector Mayor. Todos lo reconocen como poseedor de un triple ministerio de unidad: Sucesor de Don Bosco, Padre común, centro de unidad de toda la Familia. Tiene la tarea institucional de admitir en la Familia Salesiana a los Grupos que lo soliciten, según criterios preestablecidos.

Para esta misión siente el deber de ofrecer las orientaciones necesarias para asegurar la fecundidad del carisma en cada Grupo de la Familia.

Con el ejemplo y el magisterio teje la unidad y asegura, en la variedad de las vocaciones específicas, la fidelidad al Espíritu y la coordinación de algunas iniciativas. Ejerce este ministerio con la paternidad propia de Don Bosco: una actitud que requiere comprensión y bondad, atención al crecimiento de cada uno, guía en la fidelidad carismática, compromiso por la fecundidad de la vocación salesiana en todas sus expresiones, tal como escribió Don Bosco: «Vuestro Rector cuidará de vosotros y de vuestra salvación eterna».

Al leer este artículo de la Carta de Comunión, no tuve dificultad en encontrar entre líneas los rasgos de la presencia de Don Ángel entre nosotros.

Siempre hemos percibido su atención a toda la Familia Salesiana, así como, y soy testigo de ello con respecto a los Salesianos Cooperadores, en particular para cada grupo.

Atención que siempre ha sido cercana en momentos de encuentro que nunca han sido exclusivamente institucionales, sino de relación deseada y no de circunstancia.

Pensemos en las Jornadas de Espiritualidad de la Familia Salesiana, no se rehuyó al intercambio de saludos, a los momentos confidenciales y a las innumerables e interminables fotos y, al mismo tiempo, a una participación atenta y sensible en lo que proponían los diversos grupos.

Basta pensar en los Aguinaldos que él nos ha propuesto cada año y que siempre han tenido en cuenta temas precisamente destacados por la Consulta Mundial de la Familia Salesiana.

Todos sentimos a Don Ángel cerca como un padre que no escatima cuidos para sus hijos.

De hecho, a través de él hemos conocido la paternidad de Don Bosco en los rasgos característicos indicados en el artículo que he citado: Ejerce este ministerio con la paternidad que era propia de Don Bosco: una actitud que requiere comprensión y bondad, atención al crecimiento de cada uno, guía en la fidelidad carismática, compromiso por la fecundidad de la vocación salesiana en todas sus expresiones.

Tiene la capacidad de modular estas actitudes de acuerdo con las circunstancias sin mortificar a unos en detrimento de otros.

Incluso en momentos de convivencia y menos formales. Recuerdo su actuación con la guitarra, junto con la banda, durante el Congreso Mundial de Cooperadores en octubre de 2018, logrando catalizar a todos durante decenas de minutos.

No cabe duda de la capacidad que ha tenido para mantener unida a la Familia Salesiana durante la pandemia, animando a todos a no rendirse, sino a convertirse en portadores de esperanza, por no hablar de todo el asunto Pisana que, como siempre ha dicho, ha resultado ser una profecía de nuevas formas de estar presentes en el territorio.

Estoy seguro de que lo que estoy diciendo trae a la memoria de todos momentos de relación personal y grupal con Don Ángel.

Me disculparán si menciono un episodio personal.

Durante las Jornadas de la Familia Salesiana en enero de 2018, me pidieron que «hiciera de presentador» en  algunos momentos en el teatro de Valdocco.

Desempolvé mi pasado como animador en el oratorio y traté de aligerar un poco ese momento para hacerlo menos académico, así que bajé donde el público para preguntarle algunas cosas sobre las Jornadas, y luego llegué a Don Ángel y le dije si podía hacerle algunas preguntas.

Él respondió en tono jocoso «ten cuidado con la pregunta que me haces, porque luego nos volveremos a encontrar en el camino», risas generales y seguimos.

Pero esa frase me impactó y a veces pensaba en ella.

Puede que haya sido una casualidad, y si no lo ha sido Don Ángel lo sabe, el caso es que en octubre de 2018, nueve meses después de las jornadas, me nombró Coordinador Mundial de los Salesianos Cooperadores.

Lo he compartido con ustedes porque para mí siempre he tocado las cosas que se dicen de su paternidad hacia nosotros los de la Familia Salesiana.

Nunca dejó de apoyar a los Salesianos Cooperadores haciéndose presente en cada invitación que, como Consejo Mundial, le dirigíamos.

Y si lo es para mí, estoy seguro de que lo es para todos vosotros, ya que estoy seguro de que todos tendríamos cosas que contar.

Y llegamos al 30 de septiembre de 2023.

Estábamos todos en la Plaza de San Pedro. Unos físicamente y otros con el corazón a la distancia, pero todos con la misma actitud, la de quien participa de un momento familiar importante. Un hijo que se casa, un hermano que es ordenado sacerdote, una hermana que hace votos perpetuos, etc.

Uno de los miembros de la familia recibió una invitación del Papa Francisco para servir a la Iglesia como cardenal.

Tal vez estoy exagerando, pero es un poco como si todos hubiéramos sido llamados por el Papa.

Estoy seguro, querido Don Ángel, de que su condición de Salesiano de Don Bosco es un paso importante para llevar a cabo lo que el Papa Francisco le pedirá que haga y nosotros, como su familia, seguiremos apoyándolo con la oración y de todas las formas posibles porque lo amamos.

Lo que decimos es nuestro agradecimiento a ti y al Señor que ha querido que nuestras vidas se cruzaran.

El deseo que hago para el futuro lo tomo prestado de mi dialecto napolitano: «a Maronna t’accumpagna», para los traductores «la Virgen te acompañe».

Gracias Don Ángel