avila04El Encuentro Europeo de Jóvenes católicos en Ávila «ha sido un éxito». Así reconocían a LA RAZÓN fuentes de la Conferencia Episcopal Española (CEE), una de las entidades organizadoras de este evento junto al Obispado de Ávila. Éxito en número de participantes, pues un total de 6.000 jóvenes de varios países disfrutaron de cinco días intensos en la ciudad amurallada, así como en la acogida de las actividades programadas por parte de los jóvenes, que ya ven en el horizonte y esperan con ansia un nuevo encuentro: la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará el verano que viene en la ciudad polaca de Cracovia.

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Ayer, el cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la CEE, Ricardo Blázquez, presidió la Eucaristía de envío que puso el broche a los días de convivencia, una celebración a la que se sumaron numerosos abulenses y en la que participaron 25 obispos y 52 sacerdotes. En lo que se refiere a las autoridades, cabe destacar la presencia del alcalde de Ávila, José Luis Rivas; del presidente de la Diputación Provicial, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, y la subdelegada del Gobierno, María de los Ángeles Ortega, entre otros.

En la homilía, Blázquez animó a los jóvenes a vivir con esperanza en tiempos especialmente difíciles para ellos. «Sabemos, queridos amigos, que los tiempos actuales tienen para vosotros la incertidumbre particular del desempleo, amplio y duradero. Os debe la sociedad mayor solidaridad; no os quedéis en el desánimo ni en la indignación. (…) Querido jóvenes, caminad con decisión, esfuerzo, esperanza y paciencia. Los amigos fuertes de Dios son oyentes asiduos de su Palabra, en silencio oran, trabajan, cargan con la cruz siguiendo los pasos de Jesús, abren su vida a los indigentes, acompañan a los desamparados».

En este sentido, les animó a ser mensajeros de «serenidad, amor y alegría», aprendiendo de Santa Teresa, «maestra del espíritu evangélico y, por tanto, maestra en la difícil asignatura de aprender a vivir. Una monja contemplativa del siglo XVI merece ser escuchada, también por jóvenes, al comienzo del siglo XXI».

El purpurado, natural de Ávila, también se refirió a la importancia de valorar lo realmente importante, aquello «que alimenta y pacifica, saca del egoísmo y conduce a la fraternidad». «Sabemos lo que no resiste la prueba del tiempo, lo que después de un momento de exultación paga con resaca, vacío y tristeza. Estas experiencias tuvo también Santa Teresa; y una vez convertida al Señor brilló la luz en medio de su cruz», añadió.

Al concluir la Eucaristía, el director del Departamento de Pastoral Juvenil de la CEE, Raúl Tinajero, tomó la palabra para agradecer el trabajo a los organizadores y voluntarios, así como a los jóvenes su asistencia y comportamiento ejemplar. Tras ésta se dio paso a la bendición de la «Inmaculada de los Jóvenes», obra de la monja pintora Isabel Guerra, que utilizó para su realización una técnica digital. Será el símbolo de la juventud católica de España, a través de la que comienza ya su andadura. El primer destino será Ciudad Real. «Que visite nuestras casas, nuestras diócesis, nuestras parroquias y comunidades religiosas. En primer lugar, para inspirar nuestro deseo de ser testigos del Señor como fue María. Y también para que nos recuerde a los jóvenes españoles que podemos y debemos rezar los unos por los otros», concluyó Raúl Tinajero.