Este es el lema que eligió Francisco para la próxima jornada que se celebra cada año el día primero de enero. «La paz debe ser conquistada: no es un bien que se obtiene sin esfuerzos, sin conversión, sin creatividad y sin dialéctica»
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«Vence la indiferencia y conquista la paz». Este es el tema que Papa Francisco eligió para la 49a Jornada Mundial de la Paz, que se celebra el primero de enero de 2016, con la intención, explica una nota difundida hoy por el Pontificio Consejo Justicia y Paz, «de sensibilizar y formar al sentido de responsabilidad en relación con las gravísimas cuestiones que afligen a la familia humana, como el fundamentalismo y sus masacres, las persecuciones a causa de la fe y de la etnia, las violaciones de la libertad y de los derechos de los pueblos, la explotación y la esclavización de las personas, la corrupción y el crimen organizado, las guerras y el drama de los refugiados y de los imigrantes forzados».
La Jornada Mundial de la Paz fue creada por Pablo VI es celebrada por la Iglesia católica cada año el día primero de enero. El mensaje del Papa «es enviado a las cancillerías de todo el mundo y también traza la línea diplomática de la Santa Sede para el año que comienza». La de 2016 es la tercera Jornada de la Paz de Papa Francisco.
«La indiferencia hacia las plagas de nuestro tiempo -explica la nota del dicasterio guiado por el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson- es una de las principales causas de la falta de paz en el mundo. La indiferencia hoy está a menudo relacionada con diferentes formas de individualismo que producen aislamiento, ignorancia, egoísmo y, por tanto, falta de compromiso. El aumento de la información no significa, por sí, aumento de atención por los problemas, si no va acompañada por una apertura de las consciencias en sentido solidario; y, para ello, es indispensable el aporte que pueden dar, además de las familias, los enseñantes, todos los formadores, los agentes culturales y de los medios de comunicación, los intelectuales y los artistas.
La indiferencia puede ser vencida solamente afrontando juntos este desafío. La paz -subraya la nota, retomando el pensamiento de Jorge Mario Bergoglio- debe ser conquistada: no es un bien que se obtiene sin esfuerzos, sin creatividad y confrontación. Se trata de sensibilizar y formar al sentido de responsabilidad en relación con gravísimas cuestiones que afligen a la familia humana, como como el fundamentalismo y sus masacres, las persecuciones a causa de la fe y de la etnia, las violaciones de la libertad y de los derechos de los pueblos, la explotación y la esclavización de las personas, la corrupción y el crimen organizado, las guerras y el drama de los refugiados y de los migrantes forzados.
Tal obra de sensibilización y formación contemplará, al mismo tiempo, las oportunidades y posibilidades para combatir estos males: la maduración de una cultura de la legalidad y la educación al diálogo y a la cooperación son, en este contexto, formas fundamentales de reacción constructiva. Un campo en el que la paz se puede construir día a día venciendo la indiferencia -añade la nota de ‘Iustitua et Pax’- es el de las formas de esclavitud presentes hoy en el mundo, a las que estaba dedicado el mensaje para la Jornada Mundial e la Paz de 2015».