“Diversos son los caminos abiertos a los cristianos para vivir la fe de su Bautismo. Algunos, impulsados por el Espíritu Santo y atraídos por la figura de Don Bosco, hacen realidad el ideal de trabajar con él» viviendo en calidad de seglares el mismo carisma de la Sociedad de San Francisco de Sales”.
El Señor sigue llamando. Los jóvenes siguen respondiendo. Ha sido el sábado 10 de octubre en Oviedo, en un espléndido día del otoño asturiano, cuando más de 80 personas venidas de León, Vigo, Madrid, Alcalá, Santander, Orense y Lugo, además de la Familia Salesiana de Oviedo y Avilés, nos hemos reunido para acompañar a Isabel y Adolfo y celebrar su promesa como salesianos Cooperadores. La Eucaristía fue presidida por José Antonio Hernández, Delegado Inspectorial para la Familia Salesiana, concelebrando otros sacerdotes, entre los que estaban los directores de Oviedo, Avilés y Alcalá de Henares, así como del salesiano cooperador y sacerdote diocesano Abundio Martínez.
Aunque el compromiso y la opción vocacional es personal, dos toques especiales, o al menos diferentes que le añaden valor a estas promesas: Adolfo e Isabel después de 5 de noviazgo, son matrimonio desde hace 8 años y tienen dos hijas; pertenecen al Centro Local de Oviedo, donde han realizado 4 años de su formación, completando la misma durante otros dos años en Alcalá de Henares, donde viven actualmente por razones laborales y en donde han vivido la experiencia que pocos aspirantes habrán tenido: sentir y comprobar de primera mano la universalidad de nuestra Asociación, han visto y vivido el ser Familia Salesiana allá a donde la vida te lleve.
El Rector Mayor en la capilla de San Francisco de Sales, en Valdocco, nos dijo el pasado 17 de agosto a los 200 SS.CC. de España que estábamos en peregrinación: “La vocación del Salesiano Cooperador es la vocación natural a la que tendrían que llegar los jóvenes de las presencias salesianas. El Movimiento Juvenil Salesiano debería considerar a la Asociación de Salesianos Cooperadores como la etapa final de todos aquellos jóvenes que han concluido sus periodos de formación y animación juveniles, más allá de otras posibles realidades que pudieran darse en diferentes ambientes de parroquias, oratorios u otro tipo de comunidades. El carisma común sólo estará garantizado por la respuesta diversa y específica en cada rama de la Familia Salesiana.”
Pues fruto de su paso por la casa salesiana de Avilés en el caso de Isabel y de Oviedo en el caso de Adolfo, por los Centro Juveniles, por el Catecumenado, por el Voluntariado Misionero, aquí tenemos un testimonio vivo de respuesta vocacional, para ser salesianos en el mundo y así “contribuir a la salvación de la juventud comprometiéndose en la misión juvenil y popular de Don
Bosco”. Todo un sueño hecho realidad. Dios no elige a los capacitados sino que capacita a los elegidos. ¡ Dios sigue llamando !
Jesús Ángel Cid Coordinador Centro Local de SS.CC. Oviedo