José Luis Muñóz Blázquez

Bienaventurados los delegados y las delegadas que nos acompañan y nos ayudan a ser más fieles al carisma salesiano, porque nosotros también estamos llamados a ser garantes del carisma.

Felices ellos y felices ellas por asumir la maravillosa tarea de garantizar el vínculo de unión seguro y estable con el espíritu salesiano y compartir la experiencia carismática y espiritual del Fundador.

Observad si los delegados están presentes en nuestra asociación, que aparecen treinta y dos veces en nuestro Reglamento y once en nuestro Estatuto. No podemos concebir la vida de los salesianos cooperadores, sin un diálogo constante con los delegados y las delegadas en nuestros centros y en el resto de los ámbitos de animación asociativa.

Son miembros de pleno derecho de los respectivos consejos y con voz activa. Forman parte de los consejos locales, provinciales, consultas regionales y del consejo mundial, nombrados por sus superiores para garantizar la fidelidad al carisma salesiano y para participar de la animación de la Asociación. Esta participación activa, más allá de los aspectos formales se vive desde un clima de mutua confianza entre los Salesianos de Don Bosco, las Hijas de María Auxiliadora y los Salesianos Cooperadores.

 

La formación de los miembros de la Asociación es uno de sus campos de trabajo. Se coordinan con los responsables de los planes formativos contribuyendo al crecimiento de los SSCC, para que promuevan y testimonien el carisma salesiano en todo el ámbito laical. Igualmente se hacen presentes en ese proceso formativo y de discernimiento, especialmente en la acogida de los aspirantes.

El delegado es animador espiritual, guía educativo-pastoral y corresponsable de toda la formación salesiana apostólica.
Centenares, si no miles, de delegados y delegadas en los centros locales, en las provincias, regiones y delegados mundiales nos acompañan como iguales. Creo que tener esta red, garante de solidez carismática, es un verdadero lujo para nuestra Asociación.

Ellos tienen sus propios mecanismos de actualización, formación y animación para adaptarse a los cambios y profundizar en su misión.

Más allá de ligar las ideas, en este texto hay poca aportación de un servidor. Todo lo que has leído está expresado en nuestro Proyecto de Vida Apostólica.

Gracias a vosotros, delegados y delegadas. Personas entrañables que habéis viajado con nosotros en la aventura salesiana. Nos habéis acompañado y lo seguiréis haciendo, no tengo la menor duda. A veces en voz alta y otras de forma discreta, pero siempre estáis aquí, en nuestras reuniones, en nuestros debates, en nuestra formación, en nuestras celebraciones y en las otras fiestas. Sois centinelas del carisma salesiano, de la mirada apostólica y de la Palabra. Hemos aprendido mucho de vosotros y de vosotras y nos habéis ayudado a profundizar en la esencia de nuestra vocación. Gracias de corazón.

Rezamos dando gracias a Dios por vuestras personas y vuestra entrega. Que María Auxiliadora os proteja entre sus brazos.

No todo lo técnicamente posible es éticamente realizable
(Eduardo Pironio)