Luis Fernando Álvarez González, sdb, Delegado regional
Queridas amigas y queridos amigos: este mes de noviembre trataré con vosotros de tres grandes tesoros de la Asociación. Me refiero a tres realidades que enriquecen, no poco, la ASSCC desde el punto de vista apostólico, carismático y salesiano. Las que hacen de ella «la sal de la tierra y la luz del mundo» (Mt 5,13).
El primero de los tesoros es el cuidado de la familia, que se comparte con el cuidado de los jóvenes (cf. PVA R 1.1) y de las clases populares (cf. PVA R 2.3). Sí, los Salesianos Cooperadores «promueven y defienden el valor de la familia como núcleo fundamental de la sociedad y de la Iglesia» (PVA E 8.3). Los «casados viven en el matrimonio su misión de cooperadores del amor de Dios creador y primeros y principales educadores de los hijos» (Ibidem).
Esta especial atención a la familia ha llevado a la Consulta regional a aprobar el documento «Una mirada de misericordia sobre la familia» (2018), redactado a petición de todas las provincias y conforme a la exhortación postsinodal Amoris Laetitia (2016), un texto que representa “un salto de madurez” de la Iglesia, que nos invita a los Salesianos ante todo a actuar una pedagogía del amor que envuelva a los jóvenes en la órbita del Evangelio. Y también a acoger, comprender, acompañar y poder dar respuesta a todas estas personas que la vida les ha llevado por situaciones llamadas “irregulares” y están o entran en contacto con nuestros Centros.
Siguiendo con el tema os recuerdo que los días 16 y 17 de noviembre del presente año 2019 se celebra en Sanlúcar la Mayor (Sevilla) el Encuentro Nacional de Hogares Don Bosco, en cuyo marco se presenta oficialmente el Ideario renovado del Movimiento de espiritualidad y apostolado familiar con estilo salesiano.
Queridos hermanas y hermanos, os emplazo a conocer y a estudiar cada uno y en cada Centro: Una mirada de misericordia sobre la familia y el Ideario de HDB.
El segundo tesoro es la vida de los Centros. Su cuidado está encomendado a todos los cooperadores; Especialmente al Consejo local, con el Coordinador a la cabeza. Además cada Consejo local tiene asignado un Delegado o una Delegada, «garante del carisma» (cf. PVA R 21.2). Es necesario que la relación del Coordinador y el Delegado o la Delegada sea fluida, estrecha, llena de confianza y de corresponsabilidad. De dicha relación depende mucho la vida y el crecimiento de los Centros. Recomiendo para ello estudiar en los grupos y en los Consejos locales la editorial del nº 637 del Boletín nacional de SSCC: Cuidar la vida.
El tercer tesoro es el camino de vuestra santidad, que se contiene en el Proyecto de Vida Apostólica, vuestro libro de vida. No renunciéis nunca a ser santos, porque la santidad es vuestro mejor regalo para los jóvenes, las familias y el pueblo sencillo de Dios.
Un fuerte abrazo de hermano.