Eusebio Martínez Aguado

El documento de síntesis de la Asamblea Sinodal, «Una Iglesia Sinodal en misión», en la primera parte nos muestra el Rostro de la Iglesia Sinodal; la segunda parte se titula: «Todos discípulos, todos misioneros».

En este apartado hay una referencia explícita a la vida consagrada. En ella leemos: “La dimensión carismática de la Iglesia tiene una manifestación particular en la vida consagrada, con la riqueza y variedad de sus formas. Las diversas familias religiosas muestran la belleza del seguimiento del Señor, en el monte de la oración y en los caminos del mundo, en las formas de vida comunitaria, en la soledad del desierto y en la frontera de los desafíos culturales. La vida consagrada ha sido más de una vez la primera en captar las llamadas del Espíritu: también hoy la Iglesia necesita su profecía. Muchas Congregaciones e Institutos practican la conversación en el Espíritu o formas similares de discernimiento” (10, b).

“Captar hoy las llamadas del Espíritu”. Esto nos remite al capítulo V de Evangelii Gaudium: EVANGELIZADORES CON ESPÍRITU (EG 262-288).

Evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que se abren sin temor a la acción del Espíritu Santo. Evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que oran y trabajan.
Hay dos direcciones desde donde surge la realidad de una evangelización espiritual:

  • Orar: El encuentro personal con el amor de Dios. Conscientes de la importancia para la vida de oración en la vida del cristiano, tratamos de aplicarlo al “monte de oración” que vive la Vida Consagrada hoy. EL testimonio de vida y escuela de oración de toda vida consagrada se rige por la convicción de la fuerza de la atracción y no del proselitismo.
  • Trabajar: la pasión concreta por el pueblo. Es una llamada a salir (Iglesia en salida) de sí mismo, de los propios esquemas para estar cerca de la gente, de sus ilusiones, de “experimentar el placer espiritual de ser pueblo”.

Una dirección indispensable: La gracia de la unidad; no valen las posturas extremistas: “con mucho Dios y poca humanidad”, ni “cercanía humana con olvido de la referencia divina”. El Capítulo General 28 de los SDB tiene este lema: apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes.

Una llamada: En la XIII Escuela de Delegados (El Escorial 19-22 julio 2023) apareció de forma interpelante la llamada a «ser delegados desde la realidad del ser consagrado». Desde estas líneas animo a toda la Familia Salesiana, a los Salesianos Cooperadores y, de forma especial, a las Hijas de María Auxiliadora y a los Salesianos de Don Bosco, a profundizar nuestra vocación concreta en la iglesia y en la Familia Salesiana dando testimonio, siempre desde la presencia del Espíritu, de nuestra relación con Dios (orar) y de nuestra cercanía a todos los salesianos cooperadores con los que compartimos parte importante de nuestra vida (trabajar).