Borja Pérez Galnares
A lo largo de este segundo año del trienio de preparación al 150 aniversario de la Asociación, desde el ámbito mundial se están ofreciendo una serie de subsidios formativos para ayudarnos a profundizar en nuestro Proyecto de Vida Apostólica, que es nuestra herramienta para renovar nuestra identidad y misión como salesianos cooperadores.
Estos subsidios son preparados por equipos de hermanos y hermanas de varias regiones que hacen una reflexión conjunta, desde las diferentes sensibilidades culturales, para ofrecer unos materiales de gran profundidad y riqueza. En la Región Ibérica, liderados por Javier Guil, salesiano cooperador del Centro local de Córdoba San Francisco de Sales, hemos tenido la oportunidad de reflexionar, conjuntamente a otros hermanos de Brasil, Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay, en torno a nuestra identidad laical, que es la que nos conecta con el mundo en el que estamos inmersos cada uno en nuestra realidad cotidiana, realidad que estamos llamados a transformar con la fuerza renovadora del Evangelio.
Como se dice en este subsidio: “El laicado es una realidad eclesial que permite expresar una de las dimensiones del bautismo. Desde ella, las personas convertimos nuestra historia en una historia de salvación en la que somos cocreadores de la casa común, constructores de una sociedad asentada en el reino de Dios, y portadores de una gracia que se expresa en la vocación laical o ministerial que cada uno responde. La Asociación de Salesianos Cooperadores vive la dimensión laical de su vocación desde las claves del proyecto de vida que públicamente se acoge y se vive en el seno de un Centro local donde se construye una comunidad que vive en la realidad, la porta y la transforma.”
Tomando como hilo conductor y como modelo de laico al buen samaritano de la parábola, en este material se explica cómo nuestra condición de laicos nos lleva, en primer lugar, a conocer y hacernos cargo de nuestra propia condición, para posteriormente poder cargar y responsabilizarnos de la fuerza transformadora de la dimensión laical a través de nuestra promesa y testimonio público como cristianos con el carisma de Don Bosco.
Nuestra dimensión laical es nuestro modo de vivir nuestra en la Iglesia y en el mundo siendo la levadura y fermento que se hace cargo y comparte el don que recibimos en el bautismo, viviendo este don con estilo salesiano en corresponsabilidad carismática con los Salesianos de Don Bosco y las Hijas de María Auxiliadora.
Nuestro camino a la santidad es la vivencia de nuestro Proyecto de Vida Apostólico como laicos comprometidos con la transformación del mundo de hoy y de mañana, a través de múltiples apostolados, pero sobre todo del encuentro con las personas, viendo, escuchando, cargando, acompañando y haciéndose cargo de ellas, como el samaritano de la parábola.
Ser laico comprometido con el Evangelio implica huir de la indiferencia al sufrimiento e impregnar de sensibilidad evangélica cada uno de los lugares por donde discurrimos en nuestro caminar. Hacer esto, además, como salesiano cooperador, implica además dejar en nuestro caminar el aroma de la espiritualidad salesiana que transforma el mundo desde la pedagogía de la bondad, en compañía de nuestros hermanos y hermanas de nuestro centro local, de nuestra provincia, de todo el mundo, que desde nuestra identidad laical salesiana soñamos con un mundo más justo, más fraterno y más evangélico.
Para que en todas partes quepas, no hables de lo que no sepas
(Refranero español)