Lourdes Rojo Pol
Dios nos regala momentos, lugares, personas, Congresos… Viernes 14 de febrero 2020 Pabellón de Cristal de la Casa de Campo de Madrid, 2300 personas: 70 diócesis, 91 Asociaciones y Movimientos de ámbito nacional, 38 congregaciones religiosas y 12 institutos seculares de nuestra Iglesia de España ¡Madre mía! Una variedad de Espiritualidades, Carismas, Sentires…, se respiraba un ambiente de comunión eclesial. Y ahí estaba yo.
Después de los saludos de bienvenida, donde quedó claro que quien nos convocaba era el Espíritu para ponernos a su ESCUCHA, la Vigilia de la noche ayudó a que mi corazón y mi mente se sosegasen. Durante ese tiempo de oración, silencio… me fui dejando conscientemente en los brazos del Padre que había propiciado y provocado que yo estuviese ahí.
El día siguiente se presentaba como una gran oportunidad para nuestra Iglesia, un momento de empuje del ESPÍRITU que entre todos íbamos a crear.
El sábado empezamos a buscarnos la Familia Salesiana de España: Salesianos Cooperadores, Antiguos Alumnos, ADMAS y Salesianos de Don Bosco. El Movimiento Juvenil Salesiano también se hizo presente en esta cita, teniendo un espacio de experiencias donde mostraron el “Itinerario de Educación en la FE”.
La lectura previa del “Instrumento de trabajo” documento de partida y la Eucaristía de la mañana nos ayudó, teníamos que seguir pidiendo la mediación del Espíritu para que la labor que se nos había encomendado pudiéramos hacerla bien.
Cuatro itinerarios de trabajo: primer anuncio, acompañamiento, procesos formativos y presencia en la vida pública. Cada itinerario se organizó en torno a una ponencia marco y a 10 líneas temáticas, que incluían experiencias y testimonios. Además, se compusieron 80 grupos de reflexión para marcar líneas de acción en la misión laical, casi nada.
La riqueza de la reflexión de grupos ayudó a escuchar, a visualizar otros horizontes, a percibir otras oportunidades, a soñar cosas diferentes juntos… un trabajo de sinodalidad… caminando, creando, diseñando líneas y sueños juntos, para una Evangelización en nuestro tiempo, donde la Iglesia vecinal, el tesoro y alegría del evangelio, donde el ser Iglesia en salida requiere de un convencimiento profundo de ser EMISORES, emitir continuamente “Buena Nueva” cercana, alegre, encarnada en las situaciones difíciles y en actitud orante, en escucha.
Para Ser Iglesia sinodal (caminando juntos), para Ser Pueblo de Dios en salida, para Vivir un renovado Pentecostés:
- Saliendo a las periferias.
- Dialogando y conociéndonos, para amarnos.
- Viviendo desde la Oración y los Sacramentos.
- Siendo Iglesia de puertas abiertas.
- Cuidando lo pequeño.
- Teniendo como prioridad primera a los pobres.
- Anunciando el Evangelio sin descanso.
- Estando cerca de la gente, redes vecinales.
- Sabiendo que no es un camino en soledad, Dios, la Virgen, los hermanos, las comunidades, los sacerdotes, los hermanos y hermanas religiosas… todo el Pueblo sostenido y Acompañado por Dios.
Bueno, no puedo contaros ahora nada más, tendremos un documento final que socializaremos y tendremos que hacer vida, que poner en práctica, que darle valor. Nuestro “Avanti sempre avanti” ahora impulsando esta oportunidad eclesial, todo un reto.
Tanto en nuestras culturas como en nuestras iglesias se produce un déficit de deseo
(José Tolentino Mendoça)