Raúl Fernández Abad
La intervención de emergencia, durante el período de la pandemia de COVID19 de los Salesianos de Don Bosco en Angola, supuso la creación de un centro de acogida de emergencias, denominado «Refugio». Esta situación de excepción y la necesidad de protección permitieron que muchos niños y jóvenes de la calle permanecieran más constantemente en el Centro de Acogida, creando la oportunidad de trabajar en la reintegración de estos jóvenes, que alguna vez se resistieron a incorporarse a uno de los Centros de la Red Lares Don Bosco.
Goma fue uno de los lugares donde huyeron los hutus de Ruanda durante el genocidio de 1994. La masiva afluencia provocó una importante crisis humanitaria por la falta de agua y comida. Los refugiados también sufrieron cólera y otras enfermedades.
El principal problema de la ciudad desde mediados del siglo XX es su proximidad al volcán Nyiragongo, que está a sólo 18 kilómetros.
En 1981 los primeros cuatro salesianos llegan a Goma tras aceptar la petición del obispo de dirigir el Instituto Técnico de Goma.
En 1988 (año del centenario de la muerte de Don Bosco) el salesiano coadjutor Honorato Alonso abre un oratorio festivo en Ngangi, un barrio en la periferia de Goma. Así surge el Centro Don Bosco, que en los últimos 16 años ha atendido a más de 37.000 jóvenes.
En 1997 la comunidad salesiana se instala en Ngangi. Un año después, con el estallido de la guerra entre Congo y Rwanda, el país se divide en dos y el Centro Don Bosco acoge a más de 15.000 menores de edad. Sucesivamente se va ampliando la acción del centro con algunas actividades recreativas como cursos de alfabetización, talleres de carpintería, albañilería, apoyo a niños desnutridos, refugiados, enfermos, niños soldados, maltratados, enseñanza de formación profesional, alojamiento para familias sin recursos.
El proyecto que han presentado en esta convocatoria trata de la elaboración de mobiliario escolar para suplir el existente. En concreto se trata de fabricar 715 pupitres para 1.430 alumnos por curso repartidos en 23 clases.
Se nos pide financiación para el material porque su fabricación se realizará en los propios talleres del Colegio como prácticas de los alumnos matriculados en la Formación profesional del Centro. No solo ayudamos al desarrollo de las clases sino también proporcionamos capacitación a un grupo de jóvenes.
Este primer año necesitan 15.454 euros para fabricar 400 bancos. Este dinero se ha pedido íntegramente a Cooperación Salesiana para los Jóvenes del Mundo.
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