Editorial Boletín SSCC octubre 1968

Transcribimos parte del artículo publicado en las páginas 1 a 5 del boletín número 94 de octubre de 1970 dentro del Editorial.

INTRODUCCIÓN
Existe un amplio movimiento matrimonial cuya finalidad genérica es la santificación de los esposos mediante la espiritualidad emanante de la gracia sacramental.

Tales son los equipos de Nuestra Señora; el Movimiento Familiar Cristiano y otros, entre los que se alinean tímidamente todavía los Hogares Don Bosco.

Estos movimientos no debe confundirse con el apostolado familiar; es decir, con toda la gama, de actividades que tienden a dignificar el matrimonio, a ilustrar a los esposos sobre sus deberes, a adoctrinar a los padres de familia, preparación de los novios, etc.
Las características de los movimientos matrimoniales son éstas en general:

  1. Actuar en grupos o equipos de matrimonios compuestos por cuatro y hasta ocho o diez matrimonios.
  2. Seguir un sistema de formación matrimonial común, basado en unos estudios o textos comunes de doctrina.
  3. Vivir una mística o ideal matrimonial, alimentada en unas prácticas de piedad y fomentada por el uso de ciertos medios pedagógico-espirituales comunes, como son la regla de vida, el encuentro, la oración común, la puesta en común de bienes culturales, religiosos, espirituales…

LOS HOGARES DON BOSCO
Comenzaron hace seis años para ayudar a los matrimonios de cooperadores en su formación y apostolados, partiendo de su situación en esta vida: estado matrimonial.

La idea rectora de los Hogares Don Bosco está tomada de los Equipos de Nuestra Señora. De ellos tomamos los temas de estudio fundamentales, esto es, los de los tres primeros años, que son comunes para todos los miembros de los Hogares; de ellos es, en parte, la mística, como también el funcionamiento general.

Difieren de los Equipos de Nuestra Señora y de los otros movimientos en que los Hogares no son un movimiento autónomo, sino un sector de los cooperadores salesianos, ya que éstos pretenden dar a cada sector de sus afiliados una formación y un apostolado de acuerdo con su estado y situación y siempre dentro de la misión salesiana, que es su carisma.

Insistimos en que los Hogares Don Bosco son y deben ser un sector del Centro de Cooperadores respectivo, aunque el sacerdote que los dirija no sea el delegado de Cooperadores, con el que, sin embargo, deberá entenderse.

Ante las diócesis se han de presentar como un medio pastoral de la Asociación de los Cooperadores Salesianos para la santificación de los matrimonios formados por cooperadores salesianos y no como un movimiento a se.

Lo cual no obsta para que se pongan al servicio de la Iglesia diocesana o local, cuando sean requeridos.

En el juicio universal solo serán tomadas en consideración las lágrimas
(E. M. Cioran)