Mónica Domingo Martínez
Continuamos con una entrevista más a nuestros delegados y delegadas. Ahora es el turno de Mauricio Paniagua Lozano, delegado de la Provincia Santiago el Mayor.
Saludos, Mauricio. Muchas gracias, primero de todo, por querer compartir estas líneas con nuestra Asociación. Antes de entablar esta conversación escrita: ¿Podrías presentarte para que te conozcamos un poco más?
Soy Mauri, Mauricio Paniagua Lozano, nací en el seno de una familia humilde donde he aprendido el valor de las cosas y a ser cómplice con mis hermanos buscando el bien de todos. El sentido de pertenencia y las relaciones familiares, también en nuestros grupos y comunidades son fundamentales.
Soy Salesiano desde 1977; he intentado desarrollar la misión que me han encomendado en distintos lugares y ambientes de nuestras casas de Asturias, Castilla y León y Galicia.
Vienen a mi mente con cariño y agradecimiento los primeros pasos de Amencer con la participación en el Campobosco del 88 y el primer campamento urbano en Ourense, la implicación y complicidad de los jóvenes de la residencia universitaria de Valladolid en la organización de actividades, la labor educativo-pastoral desarrollada en los distintos colegios por donde he pasado tanto como coordinador de pastoral o como Director animando a las distintas comunidades educativas para intentar dar la mejor respuesta a los destinatarios de la obra, así como los años de delegado inspectorial de Pastoral Juvenil y Escuelas de la inspectoría de León, formando parte del consejo inspectorial y acompañando esos ambientes tan significativos de nuestra misión.
¿Desde cuándo eres Delegado provincial?, ¿cuándo te lo propusieron?, ¿qué supuso este servicio? ¿Te lo esperabas?
Soy delegado provincial de la Asociación desde septiembre de 2020 cuando Eusebio fue nombrado Delegado regional. Me acababan de nombrar director de la obra San José Obrero de León, que asumía una nueva misión al unirse las comunidades de la Fontana y el Centro Don Bosco y días después el Sr. Inspector me llamó para proponerme ser Delegado provincial de Salesianos Cooperadores. Ciertamente me sorprendió, pues no me lo esperaba, pero una vez aceptado el reto estoy muy contento. Trabajar en un Consejo provincial como el de Santiago El Mayor es un honor y un estímulo para seguir creciendo como salesiano y como Familia Salesiana. Además, varios ya nos conocíamos de trabajar juntos en Pastoral Juvenil.
Tu vida diaria pasa por la vida en la comunidad, en tu comunidad. Tu ser delegado provincial, ¿tiene alguna repercusión en la misma? ¿Compartes con ella este servicio?
La misión salesiana es siempre comunitaria y necesariamente repercute, no sólo porque haya momentos de animación de los grupos locales y de los encuentros del Consejo en los que deba ausentarme de la comunidad, sino porque en este momento es un elemento más de la misión comunitaria; os tenemos presentes en nuestra oración comunitaria y, cuando otras actividades pastorales nos lo permiten, participamos en las actividades de Salesianos Cooperadores y de la Familia Salesiana que se organizan en León.
Considero que es imprescindible que la comunidad se sienta implicada. Para ello hay que cuidar la comunicación, si es posible incorporar los momentos más significativos de la Asociación en el calendario comunitario y considerar de casa a los hermanos que forman el grupo local o el Consejo provincial.
La comunidad es conocedora de la vida y la misión del Consejo provincial y el Consejo comprende que hay momentos concretos en los cuales no los puedo acompañar.
Una pregunta más: ¿Existe alguna relación entre tu “ser consagrado” en la Iglesia, en la FASA y ser delegado de los SSCC?
Lógicamente que sí, no puedo ser delegado provincial del Consejo más que desde lo que soy: salesiano. Es más, personalmente estoy experimentando en este momento que ser delegado me está ayudando también a ser mejor salesiano y a sentirme más Familia Salesiana; realizando esa “experiencia original de vida evangélica que D. Bosco, por iniciativa de Dios y la materna mediación de María, dio comienzo en la Iglesia.” (artículo 1 de la Carta de identidad).
Desde tu perspectiva ¿qué aspectos positivos destacarías de tu provincia? ¿Qué debilidades observas?
Quiero destacar la vida de cada uno de los centros, su sentido de pertenencia, el espíritu de familia y el compromiso social y pastoral de los hermanos que formamos los grupos tanto en las casas salesianas como en las parroquias y equipos de las diócesis; algunos con cargos de gran responsabilidad.
Admiro la cercanía y preocupación de los coordinadores y consejos locales por cada hermano del grupo, sobre todo la cercanía y acompañamiento a los de mayor edad, así como la preocupación por rejuvenecer los grupos.
Queremos seguir creciendo individualmente y como Asociación haciendo nuestro y desarrollando los PEPS de las obras, en cuya elaboración hemos participado, así como en una mayor colaboración e implicación en la pastoral juvenil, ofreciéndonos desde nuestra vocación específica en lo que nos puedan necesitar.
Y para acabar: un mensaje que quieras transmitir a tu provincia y, por ende, a nuestra asociación.
Mucho ánimo ¡sois grandes y hacéis mucho bien!
Agradecer a Dios el don de la vocación, hoy más que nunca estamos llamados a ser signos y portadores del amor de Dios para nuestra gente.
Muchas gracias, Mauri.
La misericordia no es teorizar sobre proyecto de pa
(Javier de la Torre)
El Papa Francisco califica el discernimiento como un instrumento de lucha
para conocer mejor al Señor y seguirle más de cerca
(Gonzalo Fernández)