Inmaculada Garzón Arboledas
En este mes nos acercamos de nuevo a las Hijas de María Auxiliadora y en concreto al noviciado de Castel Gandolfo en Roma para hablar con María.
Hola María, ¿qué nos puedes contar de ti?
Tengo 28 años y soy natural de Santa Cruz de Tenerife, en concreto de un precioso pueblo llamado La Orotava. He estudiado la Licenciatura en Matemáticas y he impartido clases en el Colegio Salesianas Tenerife – Hogar Escuela (Tenerife) y en las Escuelas Salesianas María Auxiliadora (Nervión).
Me encantan todo lo relacionado con las actividades deportivas, en concreto el tenis, deporte que he practicado durante casi veinte años. Disfruto mucho con la música y con un buen encuentro con la familia o los amigos.
¿Desde cuándo eres Hija de Mª Auxiliadora y por qué?
Todavía no soy Hija de María Auxiliadora. Si todo va bien, haré profesión el 5 de agosto de 2021.
En septiembre de 2017 comencé como aspirante en la casa de Nervión (Sevilla). Empecé este camino tras la fuerte experiencia que disfruté en el Hogar Escuela. Lo vivido allí sencillamente me cautivó. La oportunidad de estar en contacto con jóvenes verdaderamente necesitados, siendo tutora de un grupo de Formación Profesional Básica, unido a la animación en el Centro Juvenil Tamogatín, las actividades pastorales del centro y el testimonio de entrega de la Comunidad de Hijas de María Auxiliadora, provocó que me plantease profundamente mi vocación. Supuso para mí un fuerte encuentro con Dios en donde entendí que mi lugar era estar precisamente ahí, en medio de los jóvenes. Después de un bonito camino de discernimiento junto a la directora de la casa, me lancé a esta bonita aventura.
La vida consagrada es una opción de vida que hoy en día resulta llamativa o chocante, sobre todo cuando se trata de una persona joven. ¿Puede contarnos qué dificultades encuentras o has encontrado? ¿Y apoyos?
Pienso que un reto muy grande que tiene hoy la vida consagrada es la diferencia intergeneracional que existe. Pero no creo que sea justo verla sólo como una dificultad porque puede ser también una buena oportunidad para enriquecernos todos. Por un lado, aprender de la experiencia y testimonio de tantas hermanas que han dado su vida a favor de los jóvenes, y por otro, las generaciones jóvenes aportan la frescura y el rejuvenecimiento constante que demanda la sociedad.
¿Qué pastoral desarrollas actualmente? ¿Qué misión te gustaría más llevar acabo? ¿Qué pastoral te resulta más difícil?
El tiempo del noviciado es un tiempo especial hablando de apostolado porque es una etapa más centrada en el estudio y la formación personal. Aún así, colaboro un día a la semana en la obra social salesiana “Borgo Ragazzi” (Roma), en concreto, en el proyecto “Skolè”. Se trata de un proyecto educativo destinado a jóvenes de familias con bajos recursos económicos.
Los educadores del proyecto seguimos a estos jóvenes académicamente de modo personal y en contacto directo con las familias y escuela. La mayoría de estos jóvenes son inmigrantes. El apostolado que realizo se completa con la colaboración en la Parroquia de Castel Gandolfo. Allí coordino un grupo de catequesis de niños que se preparan a la Primera Comunión.
Me es difícil decir qué tipo de misión me gustaría llevar a cabo o cuál me resulta más difícil. Más que hablar de dificultad diría que cada contexto tiene su peculiaridad. En este sentido no puedo definirme. Al mismo tiempo que entiendo que la misión es sólo una: anunciar a Cristo a los jóvenes. Sólo puedo afirmar que allí donde estén los jóvenes más necesitados, me gustaría estar.
Todos coincidimos en la importancia de estar presente entre los jóvenes, me gustaría que nos contaras algún consejo práctico: ¿dónde tienes especial cuidado de estar presente?, ¿cómo te acercas a jóvenes que no conoces?
Creo fuertemente en la importancia de encontrar a los jóvenes en momentos y lugares informales porque es donde se expresan y comportan tal como son, con toda su esencia. Es en estos momentos cuando podemos conocer sus deseos más profundos gracias a la confianza y familiaridad que se puede generar. Está claro que exige por nuestra parte un esfuerzo porque nos hace salir de nuestras comodidades o estructuras más formales, como puede ser una escuela o un centro juvenil… pero es una buena oportunidad para acercarnos a ellos de un modo mas natural. Seguramente les ayuda a reconocer en nosotros, educadores, personas que somos realmente cercanos a ellos. Pienso que los jóvenes nos están esperando y reclamando que estemos más presentes dentro de sus “nuevos patios”.
Seguro que conoces a muchos cooperadores pero ¿conoces la Asociación de Salesianos Cooperadores?
Puedo decir que sí porque tanto en Tenerife como en Sevilla he tenido la oportunidad de conocer y trabajar con tantos Salesianos Cooperadores apasionados de su vocación. Esta experiencia me ha hecho valorar la riqueza que existe cuando trabajamos juntos a favor de los jóvenes.
Si quieres, nos gustaría saber qué te gustaría encontrar en la Asociación de Salesianos Cooperadores. Las sugerencias son bienvenidas, siempre ayudan a crecer.
Sueño con un futuro vivido todavía en más unidad. Un futuro en el que Salesianos, Hijas de María Auxiliadora, Salesianos Cooperadores y demás grupos de la Familia Salesiana trabajemos, cooperemos y nos formemos juntos para poder ayudar a los jóvenes a descubrir el sueño que Dios tiene pensado para cada uno de ellos. Estoy convencida que juntos podemos hacer llegar mejor a los jóvenes la alegría del amor y el camino del Evangelio.
Muchas gracias por permitirnos conocerte y compartir tu vida y tu experiencia con nosotros. Un fuerte abrazo.
En lo que se refiere al bien de la juventud en peligro o sirve
para ganar almas para Dios, yo me lanzo hasta con temeridad
(Don Bosco, MBe XIV, 564)
El trabajo y la templanza harán florecer la Congregación Salesiana
(Don Bosco, MBe XII, 397)