Raúl Fernández Abad

Hablando con una coordinadora local me comentaba la preocupación que le ronda a la hora de cómo elegir y cómo formar a los salesianos cooperadores para los servicios de animación en la Asociación. Y a bote pronto me surgian dos respuestas. La primera respuesta: se elige en una votación y la segunda: una lectura pausada de nuestro antiguo manual de Dirigentes.

Esas son las respuestas fáciles con las que cerraríamos una pregunta. Pero me ha hecho reflexionar y lo quiero compartir con vosotros.

Para elegir un Consejo se vota. El PVA, en su Reglamento, nos define la modalidad y en los directorios provinciales se hace un despliegue de cómo hacerlo.

Pero en una elección debe haber un previo. Como en las elecciones generales, autonómicas y locales tenemos que tener nuestra campaña electoral.

¿Qué sería para nosotros nuestra campaña electoral? En mi reflexión creo que nuestra campaña electoral no es que una persona se candidate y nos cuente qué quiere hacer en los próximos tres años. Nuestra campaña electoral es reflexionar qué es lo que queremos de nuestra Asociación en sus diferentes ámbitos (local, provincial, regional y mundial).

El PVA/R, en sus artículos 19, 28, 29 y 33, establece que tenemos que reunirnos para marcar las líneas básicas de acción en cada uno de los niveles y después elegir a los componentes de los diferentes Consejos. Es decir los diferentes Consejos tienen ya marcados de antemano las líneas básicas a desarrollar en su servicio. Pero, ¡ojo!, no podemos dejar para el último momento, para la Asamblea local, Congreso provincial, Congreso regional o Congreso mundial. Sería conveniente que, con anterioridad, se reflexione sobre el camino andado en ese trienio.

Tenemos que revisar si hemos sido fieles a los compromisos adoptados en la anterior Asamblea o Congreso electivo a través de las líneas básicas de acción. Es conveniente que dediquemos tiempo a revisar nuestras programaciones trienales.

Esta revisión no la podemos dejar para el último momento, para la Asamblea o Congreso. Tenemos que utilizar la técnica de las tres palabras VJA (Ver, Juzgar, Actuar) y revisarnos.

Cuidado: no hablamos de revisión para decir si somos o no culpables de llevar adelante lo que nos hemos propuesto. Hablamos de revisión para descubrir si lo que estamos haciendo es fiel a lo propuesto y en qué áreas necesitamos poner más empeño.

Revisamos para actuar en consecuencia con el plan marcado y revisamos para adecuar nuestro plan a las necesidades que han surgido en el año.

Y este tema se liga con las elecciones. No podemos esperar al último momento a votar y a elegir candidatos. No podemos dejar en manos de María Auxiliadora que nos ayude a la hora de poner un nombre en un papel. Tenemos que discernir personalmente y luego poner en común, con tiempo, qué cualidades deben tener los hermanos. No para cerrar el círculo de los que pueden ser elegidos sino para ayudar al que sea elegido en su trabajo. Así podemos responder a estas dos preguntas:

1 ¿Qué espera de mí el Centro en este tiempo?
2 ¿Qué puedo ofrecer en mi servicio al Centro?

Estas dos preguntas las tenemos que reflexionar personalmente y discernir con tiempo:

¿El Señor me llama a este servicio para con mis hermanos?

No bajéis la guardia.

Contemplando y escuchando al Hijo, los hijos aprenden a orar al Padre
(Catechismus Catholicae Ecclesiae, 2601)