Antonio de la Flor Barbadilla y Teresa López Quirós
Hola Familia:
Un día escuchando a José María Contreras, orientador familiar de Radio María, sobre este tema nos pareció muy interesante para reflexionarlo todos juntos: “El secreto de la convivencia en pareja”.
La convivencia es muy difícil, el hombre es un ser que no puede vivir ni solo, ni acompañado. Dice que un amigo le contaba que compró dulces en un convento a través de un torno donde no veía ni las caras. El hombre, muy curioso, pregunta ¿cuál de las cosas es más difícil llevar en la vida? La monja le contestó: “la convivencia”. Yo pensaba que me iba a decir el silencio, el estar encerradas, etc. Pero ¿cómo va a ser la convivencia si no hablan? le repliqué.
Existe una comunicación con los gestos, vemos como actúan y que hacen, eso es también convivencia. Este hombre decía que uno de los defectos en pareja pasa por la importancia que le da uno a los defectos del otro. Como uno esté pendiente y como uno focalice el pasado del otro se ve todo lo negativo y esto es muy duro. Si a nosotros nos preguntaran cosas positivas del otro no sabríamos que decir. Si dijéramos lo primero las cosas negativas tendríamos una larga lista preparada. Eso es señal que estamos focalizados en lo negativo, y si además ocurre con frecuencia es un problemón.
Damos muchos avisos, muchas correcciones. Llega un momento que todo lo negativo del otro lo tenemos presente y el otro salte con expresiones “déjame ya” “no puedo más “ya está bien». Ya tenemos la bronca. Entonces diremos que la convivencia es muy difícil. Nos equivocamos al focalizar en lo negativo cuando toda persona tiene infinitamente más cosas positivas que negativas.
La base de todo ya sabéis cuál es. Es importante saberlo. “No aceptar al otro como es”; queremos que el otro sea como nosotros; queremos, y eso es uno de los mayores errores, que el otro cambie a mi antojo y a mi semejanza.
El otro no puede cambiar, el temperamento no es cambiable, es la forma de ser de una persona, un ser humano puede mejorar; lo que no puede es cambiar. Lo que no se puede pedir a una persona que cambie todos los actos, en todas circunstancias, no puede. Habrá muchas veces que pierda y cuando pierde saldrá su forma de ser, volverán a salir esas cosas que nos molestan, empezaremos a corregir y la forma de ser sale a diario, una y otra vez.
No querer aceptar la forma de ser del otro, cuando el otro actúa así, no darle importancia, la culpa es nuestra, el otro no puede cambiar. Prueba a no corregir tanto, prueba aceptar al otro. La vida es mucho mejor no intentando cambiar al otro.
Hay que valorar al otro; es muy importante valorar a la persona y luchar por querer. El esfuerzo que hace el otro, aunque no lo veamos, hay que saber querer, aceptar la forma de ser del otro, lucha por mejorar, no reproche, corregir siempre con agrado, el querer el bien del otro es amar. La convivencia que sea positiva, aceptar al otro, no querer cambiar al otro. Y si no podemos aceptar al otro, es un problema tuyo, el otro no puede cambiar. Lo importante es querer.
Hasta el próximo mes. Cuidarse Familia.
Quien da unidad la Asociación de Salesianos Cooperadores y reúne en comunión
a todos sus miembros es el mismo Don Bosco, su sistema educativo y su misión
(Don Ángel Fernández Artime, Rector Mayor)