Mónica Domingo Martínez

Una vez acabada una primera tanda de entrevistas a los miembros del Consejo mundial, ahora iniciaremos otra ronda. En los próximos números «Al haba con…» se pondrá en contacto con los nuevos coordinadores provinciales. El primer entrevistado es Juan Enrique Navarro Santos, coordinador de la provincia de San Juan Bosco.

Hola Enrique… Para empezar, ¿puedes presentarte brevemente?
Soy un gaditano afincado en Madrid. Nací en La Línea de la Concepción en 1988. Conocí a los salesianos en secundaria y en La Línea crecí hasta que fui a estudiar, a Sevilla, Ingeniería Industrial. Actualmente trabajo en una empresa ferroviaria con temas de transformación y gestión del cambio.

¿Cómo iniciaste tu camino con los SSCC? ¿Cómo descubriste que era tu vocación? ¿Desde cuándo eres SC?
Fue relativamente pronto. En Sevilla, estuve en el Colegio Mayor San Juan Bosco y empecé tanto grupos del IEF como a animar en la Trinidad. En catecumenado, mis animadores eran cooperadores (Ana Carballar y Jesús Corujo) y cuando surgió la conversación, al verme interesado, me invitaron a un encuentro de centro. Allí vi muchas caras conocidas y algo empezó a resonar.

Cuando decidí comenzar la formación, no había posibilidad de hacer grupo de aspirantes en la Trinidad y me propusieron participar en un grupo que se acababa de formar en el centro de San Vicente. Esto fue clave para mi vocación. Hasta aquí: La Línea, Colegio Mayor, Trinidad y ahora, San Vicente. Mi vocación ha ido modelándose con muchos elementos, algunos más elementales y otros más coyunturales. Finalmente, el 10 de mayo de 2015 hice la promesa tras cinco años de formación.

Poco después marché a Madrid y ahí empezó una nueva etapa, también asociativa.

¿Cómo presentarías la PSJB? ¿Qué te gustaría compartir de la misma?
Definiría a la Provincia como una comunidad muy solidaria y acogedora, con una gran apertura. Desde mi propia experiencia, cuando llegué fui acogido y como a mí, a otros hermanos en situación similar.

También he conocido a algunos SSCC que son historia viva de la Asociación en España, y por ende de la Región. Por ello, usaría también “solera”. A veces se entiende esta palabra con connotación negativa, pero para los que nos gusta el vino, sabemos que no es así: recoge experiencia, maduración y presencia en el sabor que no deja indiferencia.

Así presentaría la Provincia. Sigo conociéndola y disfrutando de estos encantos. Ahora en un servicio muy enriquecedor que me está permitiendo conocer y profundizar más en ella.

¿Qué significa haber sido escogido como coordinador en tu vida? ¿Qué ha supuesto?
Desde que entré en el Consejo sentía miedo por no conocer la provincia. Me faltaba un histórico que sí tenía en la provincia María Auxiliadora. Esa sensación fue desvaneciéndose, pero he de reconocer que aumentó cuando tuve que ejercer como coordinador en funciones el año pasado.

Creo que es algo positivo porque denota sentido de responsabilidad. Responsable por estar a la altura. Sin haber olvidado esa sensación, me siento muy acompañado y ayudado. Desde el primer momento he sido acogido y noto cariño y aprecio.

También estoy acompañado de un gran equipo muy equilibrado en experiencias y representatividad de centros.

Tengo una gran ilusión por este proyecto. Para mí está suponiendo un bendito regalo de Dios y espero poder aprovechar y devolver a la Provincia todo este cariño.

¿Qué aspectos positivos destacarías de la provincia?
El tamaño: es lo suficientemente amplia, en número y extensión, como para aportar riqueza y diversidad. Esto permite una diversidad enriquecedora. Además, no es lo suficientemente grande que permite conocer en profundidad la vida de los centros y sus actividades.

Más allá de la logística, destacaría como decía antes, la solidaridad y acogida de la provincia.

Y de negativos, ¿destacarías alguno?
Un aspecto negativo podría ser la concentración de centros locales grandes en Madrid y alrededores. Estos son muy autónomos y a veces se hace más difícil el sentido de fraternidad intercentro, dificultando ver y sentir a la provincia como una unidad. Esto también puede afectar a la agilidad en la propia dinámica provincial, complicando la movilización, aunque hoy no es un problema porque estos centros tienen una gran participación.

Otro punto, no sé si negativo, es la diferencia entre zonas: la occidental con cuatro centros, la sur con tres, y la central con dieciocho. Esto genera una tendencia a concentrarse en Madrid.

Desde tu perspectiva como coordinador provincial, ¿qué mensaje quieres trasmitir a los SSCC de nuestra Región?
Desde hace unos meses, hemos estado transmitiendo a nuestra Provincia “Volver a las raíces” como clave preparatoria del 150 aniversario. Por lo tanto, creo que es un mensaje igualmente conveniente para la Región.

Esto tiene sus matices porque volver al origen no es ponernos harapos y jugar en un arenal. Volver al origen significa entender qué supuso Don Bosco en su tiempo y adaptar, en claves de nuestro tiempo, qué supone ser Don Bosco hoy. Creo que un elemento clave fue aportar frescura a la Iglesia. Nosotros estamos llamados a esto empezado por nuestra Asociación, que es nuestro mejor instrumento para hacer Iglesia.

Muchas gracias, Enrique.

Sabe que la amabilidad es una de las propiedades de Dios,
y la amabilidad es hermana de la caridad, la cual apaga el odio y conserva el amor
(Florecillas. San Francisco de Asís)

Pueda el hombre cumplir la promesa del niño que fue
(Friedrich Hölderlin)