Isabel Pérez Sanz
Os saludo con afecto hermanos Salesianos Cooperadores y, en este mes mariano me permito relatar cómo la Providencia, que tiene sus caminos, va guiando a Don Bosco hasta la Fundación de Instituto de las Hijas de Mª Auxiliadora, hace 150 años. Don Bosco, sacerdote desde 1841, acogía a los niños y jóvenes pobres que llegaban a Turín. Con un grupo de jóvenes salesianos, había fundado la sociedad de San Francisco de Sales.
En mayo de 1862, víspera de la novena de María Auxiliadora, se sitúa el sueño que relata don Francesia en su libro Sor Maria Mazzarello. Dice que Don Bosco soñó que se encontraba en la plaza Vittorio de Turín entre un griterío de niñas que le pedían que acudiera en su ayuda; él, naturalmente, se había echado atrás, pero apareció entonces una noble Señora de rostro resplandeciente que le dijo: «Cuida de ellas, son mis hijas»
Unos meses más tarde, don Bosco tuvo otro sueño singular: “Soñé que me encontraba con la marquesa de Barolo paseando por una plazoleta desde la que se divisaba una gran llanura. Yo veía a los jóvenes del Oratorio que corrían, saltaban y se divertían alegremente. La marquesa me dijo: -Está bien que usted se ocupe de los jóvenes, pero déjeme a mí el cuidado de las niñas; así iremos de acuerdo. Yo le respondí: -Pero dígame: ¿Es que Nuestro Señor Jesucristo vino al mundo para redimir sólo a los niños o también a las niñas? -Lo sé, respondió ella; Nuestro Señor ha redimido a todos, muchachos y muchachas. -Pues bien, yo debo procurar que su sangre no se haya derramado inútilmente, ni para los jóvenes ni para las muchachas…» (MB VII 217-218).
Una pieza importante en la intuición de don Bosco fue el sacerdote mornesino don Pestarino. Providencialmente, lo conoció en un viaje en tren de Acqui a Alessandria. En el trascurso de éste hablaron de sus trabajos y tareas en bien de las personas. Cuando don Bosco oyó hablar a don Pestarino de las Hijas de María Inmaculada, él le expuso su idea de fundar un instituto femenino. Don Pestarino, como bromeando le ofreció cordialmente las fervorosas y apostólicas Hijas de María Inmaculada. Posteriormente se hizo salesiano.
En 1864 don Bosco visita Mornese con un centenar de jóvenes. María Mazzarello y sus compañeras lo preparan todo y lo ven de cerca. Fue acogido por los mornesinos con los brazos abiertos. Don Pestarino le presentó a las Hijas de la Inmaculada, se reunieron con ellas y comprobó la actividad que desarrollaban con las niñas del pueblo. Constató el bien que hacían y emocionado bendecía Mornese donde esas jóvenes sembraban, a manos llenas, la misma semilla que él sembraba en Turín.
Unos años más tarde, el 5 de agosto de 1872, será D. Bosco quien reciba a las 11 primeras Hijas de Maria Auxiliadora como “monumento vivo de gratitud a María Auxiliadora.” Juntos, como SSCC y Familia Salesiana nos felicitamos por tanta vida compartida.
Un cordial abrazo.