Boletín 434, marzo 2001

Transcribimos parte del artículo publicado en el boletín número 3 (434 en el orden continuo) de marzo de 2001 en las páginas 18-21 de dicho boletín donde el anterior Consultor mundial, Emilio Pascual, ofrece el estado de la Asociación en ese momento.

Ha parecido conveniente al Redacción de nuestro Boletín (antes de iniciar una serie de artículos comentando los Retos del Congreso) presentar parte de la reflexión que el Consultor Mundial de nuestra Región, Emilio Pascual, ofreció sobre “el estado de la Asociación en el momento presente”.

Puede ser de gran utilidad a todos los Centros y a cada Cooperador para situarnos en el hoy y programar cómo vamos a proyectar la aplicación de las conclusiones del Congreso Regional.

EL CAMINO RECORRIDO DESDE 1993 AL 2000

Examinamos el momento actual a partir de las respuestas de las Inspectorías a una “Encuesta” donde se tomaba el pulso a los diversos aspectos de la vida de la Asociación.

  • La capacidad de animación de los Consejos, tanto Inspectoriales como locales, se considera buena o suficiente, si bien se reconoce que algunos Centros no están lo suficientemente animados. Todos los Consejos Inspectoriales programan actividades formativas para los Centros. Se reúnen con regularidad mensual y consideran que la animación que realizan es buena o suficiente. En cuanto a los Consejos Locales, casi todos eligen a sus Consejos sin problemas y se considera que en la mayoría de los casos la animación que realizan es suficiente.
  • La comunión y la comunicación se consideran suficientes o simplemente aceptables. En casi todas las Inspectorías existen medios de comunicación escrita y a nivel nacional tenemos el Boletín.
  • La solidaridad económica se considera buena o suficiente en todas las Inspectorias y los Consejos Inspectoriales se consideran con los fondos suficientes para financiar sus actividades. No obstante se señala que hay que seguir trabajando en el sentido de pertenencia.
  • La formación es una preocupación primordial en todas las Inspectorías y se desarrolla fundamentalmente por los laicos con ayuda de los Delegados. Varias señalan la necesidad de mejorar el Plan de Formación Inicial, adecuándolo a las Directrices de la Consulta Mundial y la misión actual de los Cooperadores.
  • El apostolado asociativo existe puntualmente en algunas Inspectorías, pero es algo raro. En general se considera importante el reconocimiento civil de la Asociación y todos están de acuerdo en que la presencia de obras propias daría a la Asociación un rostro más visible en la sociedad y en la Iglesia.

Aunque los Cooperadores, como ciudadanos, se preocupan de por los problemas de su entorno social y político, como Asociación, los Centros afirman que en muy escasas ocasiones se hacen presentes en su entorno, bien sea a través de los medios de comunicación o mediante acciones de promoción social de las personas. Es frecuente la colaboración con organizaciones de voluntariado en alguna Inspectoría.

  • Con respecto a la Iglesia local la situación es variada. Hay Inspectorías con una presencia fuerte en parroquias y órganos eclesiales y otras en que la presencia es prácticamente nula, aunque reconocen la necesidad de una mayor integración en la Iglesia local.
  • Se considera que existe un conocimiento suficiente sobre qué es la Familia Salesiana. La pertenencia a la misma se vive con mucho esmero en unas Inspectorías y con poca convicción en otras casi al 50%. Los proyectos de intercambio con otros grupos son escasos o se reducen a algún encuentro o convivencia. El CG24 de los Salesianos no ha influido en la responsabilidad de los CCSS hacia la formación de otros laicos y es poco conocido.

                Los CCSS están en general muy implicados en la pastoral juvenil de las obras salesianas y están presentes en los organismos de la FS en las Inspectorías en que existe alguno.

  • Las Inspectorías tomaron como objetivo para este septenio, de forma casi general, los siete Retos y Líneas de acción del Congreso de 1993. Para crecer en ellos se adoptaron las iniciativas adecuadas para animar el crecimiento de los mismos: Ejercicios, encuentros de oración, programación y convivencia, elaboración de subsidios sobre los diferentes temas y animación de los Centros a incrementar su actividad asociativa.
  • Resultados de este trabajo se estima han sido buenos o suficientes.

Aspectos positivos señalados por las Inspectorías:

  • Aceptable grado de autonomía; sentido de Familia Salesiana.
  • Ambiente de comunión en los Centros; Obras compartidas con la FASA. Existencia de responsables con ideas claras.
  • Sentido asociativo; Promoción vocacional; Avance en la Solidaridad económica.
  • Ambiente de cercanía, diálogo, trabajo, cariño, en los Centros. Creciente elaboración de materiales formativos.
  • Participación en las actividades programadas. Escuela de Formadores (en algunas Inspectorías).

Aspectos negativos:

  • Ciertas resistencias a la aceptación en la FASA.
  • Poca presencia juvenil. La promoción vocacional.
  • Existencia de lagunas sobre la vocación del Cooperador.
  • Falta de Animadores responsables en algunos Centros.
  • Poca implicación en la organización de la Asociación.
  • Falta de proyectos apostólicos asociativos.
  • Sentido de pertenencia insuficiente. Escasa coordinación en la Formación Inicial. Más abandonos de los deseables.
  • Falta de obras apostólicas propias.

La respuesta a los aspectos que hay que cambiar, son variadas:

  • Mayor presencia pública de la Asociación. Mayor sentido asociativo. Crecer en autonomía y solidaridad.
  • Hacer realidad los siete Retos del Congreso Ibérico.
  • Capacidad para crear nuevas plataformas.
  • Auténtico sentido de la Familia Salesiana.
  • Mayor incidencia sociopolítica.
  • Cambiar la imagen equivocada de nuestra vocación: No somos por lo que hacemos, sino por lo que somos y vivimos.
  • Tenemos que ser auténticos y significativos para ser atrayentes a nuestros jóvenes.

Hasta aquí el panorama dibujado por las respuestas a la Encuesta. Falta comentar el crecimiento en número.

En 1993, la entonces Región Ibérica la formaban 2.079 Cooperadores. En este momento, sin contar la incorporación de las nuevas Inspectorías a la Región, somos 1.986. ¿Ha disminuido la Asociación?

Hay que analizar lo que esconden los números. Cada año en las Inspectorías con más años desde la constitución de los grupos de Cooperadores, se han ido produciendo bajas de personas que en realidad sólo figuraban en el elenco pero no se reunían con su Centro. El número de nuevas Promesas de Cooperadores con un período de formación inicial entre 3 y 5 años se ha mantenido por encima de los 40 cada año. El mayor seguimiento pedido por el Congreso a los signos de pertenencia al Cetro, la necesidad sentida de ser una comunidad viva, ha hecho que muchos de los alejados, al ser invitados a incorporarse a la vida del Centro, hayan decidido solicitar la baja.

Como conclusión, la aparente disminución de Cooperadores no es tal, sino el resultado de un proceso de clarificación vocacional. Creo que el proceso no ha terminado en algunos lugares.

Hay que señalar como signo importante, que a mitad de camino entre los Congresos, al igual que se había hecho en el septenio anterior, celebramos un Encuentro Nacional (Torremolinos 1998) donde revisamos nuestro camino y nos animamos a seguir en el empeño por superar los Retos que nos propusimos en el Congreso. La afluencia masiva desde todas las Inspectorías, a pesar de las dificultades de una intensa ola de frio y nieve, nos dio un signo claro del crecimiento en Pertenencia que se estaba experimentando.

CONCLUSIONES

A las preguntas que se hacía en 1985 el entonces Secretario General de la Consulta (¿Se ha superado completamente el viejo modelo de Cooperador “bienhechor” o “fiel ejecutor”?. ¿El proceso de renovación ha coincidido con el “rejuvenecimiento” de la Asociación?) hoy podemos responder que en nuestra Región esto es cierto entre un 80 y un 100% de los Centros, según las Inspectorías.

Es indudable que este crecimiento, para mi importante, que se ha dado en la Asociación, se debe a tres hechos claves:

  1. La existencia de un número cada vez mayor de Cooperadores y Delegados/as que se sienten responsables de la Asociación y han dedicado su misión a hacerla crecer.
  2. El esfuerzo renovado por dar una formación mejor cada día, tanto a los aspirantes como a los Cooperadores.
  3. La existencia de una Conferencia Nacional que ha permitido un crecimiento paralelo en formación y responsabilidad a todas las Inspectorías españolas.

La reflexión iniciada en el Congreso de 1993 sobre las implicaciones comunitarias de la pertenencia a la Asociación, sobre la necesidad de crecer en autonomía y sobre la responsabilidad asociativa en nuestra misión, ha ido profundizándose en estos siete años y tiene que concretarse en este Congreso en unas líneas de acción para “ser, vivir y trabajar como Asociación”, con autonomía y en comunión con los restantes grupos de la Familia Salesiana, según las Líneas Operativas dadas por la Consulta Mundial en 1998.

Creo que somos conscientes de que nos queda un largo camino por recorrer para llegar a la Asociación que todos deseamos, pero también creo que estamos en el buen camino para lograrlo. La experiencia de los últimos 25 años nos dice que no es fácil, pero también que con verdaderas vocaciones y con la ayuda de nuestra Familia carismática podemos llegar a ser una verdadera fuerza eclesial en el mundo de hoy.

Necesitamos que un ordenamiento mundial jurídico, político y económico, incremente y oriente la colaboración internacional hacia el desarrollo solidario de todos los pueblos
(Benedicto XVI)