Consulta mundial de la Familia Salesiana

En este número nos hacemos eco de las novedades que se han propuesto las Hermanas de la Resurrección y de la Congregación de San Miguel Arcángel.

¿Qué novedades para este curso nos mueve la esperanza para el movimiento Hermanas de la Resurrección?

Jóvenes en salida. Una de las novedades más impresionantes que nosotras, las Hermanas de la Resurrección, estamos logrando este año son los “Jóvenes en salida”, la Misión Juvenil, donde centenares de ellos se transforman en protagonistas evangelizadores en sus respectivas comunidades. ¿Cómo formamos a estos jóvenes?

Desde hace años estábamos buscando nuevos métodos y estrategias para animar y entusiasmar a los jóvenes a hacerse líderes entre ellos mismos, creando una fuerza motivadora que transformara la vida en acción. No enseñamos mucha doctrina, más bien damos una formación en acción que facilita el aprendizaje. Luego se organizan en pequeños grupos, de 3 a 5 personas, para ir a misionar, visitando sus propias comunidades, yendo familia por familia, y dando una catequesis doméstica a los niños, a los mismos jóvenes y a sus padres, con dinámicas juveniles.

Al principio nos costó a transformar a estos jóvenes espectadores en ser jóvenes misioneros de los niños, pero poco a poco, hemos encontrado una forma eficaz de animarlos a salir a misionar. Gracias a la carta del papa Francisco, Cristo Vive, y al aguinaldo del Rector Mayor de este año, nos sentimos iluminadas y fortalecidas en nuestra tarea de hacer a los jóvenes protagonistas en su comunidad y ser útiles a su pueblo como Zeferino Namuncurá.

A través de las actividades juveniles, desde hace 18 años, estamos llevando a miles de niños una catequesis sistematizada. Como fruto de un trabajo duro y paciente, hoy hay más de 550 Escuelas Dominicales entre la población indígena de la etnia Q’eqchi’. En éstas, dirigidas por equipos de jóvenes, los niños entran a la edad de seis años, cursan siete años de Catequesis sistemática, y cuando llegan a ser adolescentes, se preparan para la Confirmación durante dos años y reciben el Sacramento. Al acercarse al día de la Confirmación, los confirmandos de ambos sexos son invitados a enrolarse en alguno de los grupos juveniles que hay en la comunidad. El día de la Confirmación no sólo se hace la recepción del sacramento, sino también el envío misionero de todos a militar en los correspondientes grupos de las Escuelas Dominicales, como equipo de catequistas, equipo de instructores de confirmandos, grupo de acólitos, grupo de música y canto, grupo de animadores de la pastoral juvenil, equipo de formadores de grupos juveniles, etc.

El resultado es impresionante: jóvenes, a partir de 17 años, confirmados en la Fe con la efusión del Espíritu Santo, todos activos y entusiastas, protagonistas en sus respectivas comunidades, rejuveneciendo el rostro de la Iglesia que es la Madre de nuestra Fe, como nos dijo don Pascual Chávez.

Con creatividad y genio juvenil, estos líderes jóvenes están dando una sacudida a las comunidades creando un verdadero movimiento juvenil que va en pesca de los jóvenes perdidos, y de los niños y padres de familia que anteriormente no frecuentaban la iglesia. Utilizando los medios de comunicación, catequizan a los niños, organizan eventos juveniles, visitan las familias, y promueven el cuidado de la Casa común.

Gracias a Dios, como fruto de la formación sistemática de los niños desde temprana edad, estamos logrando hoy un ejército de jóvenes dinámicos en salida, como quiere nuestro Papa Francisco.

¿Qué novedades para este curso nos mueve la esperanza para la Congregación de San Miguel Arcángel?

La más grande «Novedad del Reino» que nos regala la Providencia en este momento es el año jubilar del centenario de la aprobación canónica (1921-2021) de nuestra Familia religiosa. En esta comunicación comparto con gusto algunos pensamientos de nuestro Superior General, el padre Dariusz Wilk, que dirigió a todos los Micaelitas y amigos de nuestro carisma para este año jubilar.

¡Quién como Dios! «Queridos hermanos, amigos de la Familia religiosa de los Micaelitas, y todos aquellos que están cerca del carisma del beato padre Bronisław Markiewicz:

Con la Gran Novena Micaelita, que duraba nueve años, intentamos prepararnos bien para celebrar este gran evento. Hemos emprendido obras concretas de penitencia y expiación. Hemos sido profundamente reflexivos al leer los signos de los tiempos. En todas nuestras acciones nos ha acompañado una preocupación constante: permanecer fieles y respetar el don carismático y, en el torbellino de la incertidumbre humana, no perder lo más importante, es decir, la orientación hacia el objetivo que es la salvación.

Hoy, como generación de afortunados, a la que la Providencia ha permitido vivir en el cambio de siglo de la historia de los Micaelitas y ver lo que otros no han visto, queremos entonar con todas nuestras fuerzas el más bello canto Te Deum que hemos recibido en estos 100 años. Damos gracias a Dios por el don de nuestro Fundador, el beato Bronislao Markiewicz, y por todas las generaciones de Micaelitas, héroes del amor de Dios y de la Iglesia que, sin medios publicitarios, se fueron humildemente en silencio, confiando en la promesa del Salvador de participar con Él en la felicidad eterna. No solo los recordamos a todos hoy con nostalgia sentimental, sino que nos inclinamos ante ellos por su devoción al Padre Fundador, por su heroísmo espiritual y su perseverancia heroica; y decimos gracias por el carisma consolidado que nos han transferido a través de los difíciles acontecimientos de la historia del mundo.

Damos gracias a Dios por todas las obras visibles de nuestro Instituto: escuelas, oratorios, casas religiosas, parroquias y santuarios, actividades editoriales y de estudio, el servicio a la Iglesia en sus diversas estructuras. En cada una de estas obras el corazón Micaelita late obediente a la inspiración de Dios, lleno de entrega y de confianza. Acontecimientos particularmente renovadores y reforzadores fueron las beatificaciones del padre Bronisław y de los mártires micaelitas Władysław Bladzinski y Wojciech Nierychlewski.

Estoy profundamente convencido de que su intercesión ante Dios y la intercesión de nuestros santos hermanos, hace que la Congregación, con dinamismo incansable y entusiasmo creativo, lea los signos de los tiempos y lleve a cabo su misión en la Iglesia. Don y signo de bendición son para nosotros las vocaciones llegadas de diferentes países del mundo. Estamos muy contentos de tener entre nosotros hermanos micaelitas de Argentina, Australia, Bielorrusia, República Dominicana, Alemania, Papúa Nueva Guinea, Paraguay, Ucrania, Italia y Zambia.

La difusión del culto a nuestro Patrón San Miguel Arcángel nos da una vitalidad específica. En la vida cotidiana, ante una gran necesidad de protección, constatamos a diario la intervención inmediata del Jefe de los ejércitos del Señor. No tenemos ninguna duda de que, junto al Arcángel de Dios, debemos resituar al Creador en su lugar correcto en el mundo de hoy. Este desafío se convierte para nosotros en nuestra misión y en nuestro mandato actual.

El año jubilar es un momento de acción de gracias, pero también una excelente ocasión para renovar nuestro deseo de santidad personal y nuestra identidad religiosa. La Iglesia nos exhorta a vivir siempre la radicalidad evangélica y a llevar la alegría del Evangelio, anunciando un mensaje de esperanza, dando serenidad y consuelo de Dios.

La obra del Espíritu Santo llega a su culmen en la persona de Cristo
(Don Vechi)

Toda la espiritualidad de Don Bosco es una espiritualidad pedagógica
y toda su pedagogía es una pedagogía espiritual
(Valentini)