Consulta mundial de la Familia Salesiana

En este número nos hacemos eco de las novedades que se han propuesto las Hermanas Mediadoras de la Paz y las Hermanas de la Visitación de Don Bosco.

¿Qué novedades para este curso nos mueve la esperanza para las Hermanas Mediadoras de la Paz?

Vivimos en un momento atípico, en una sociedad caracterizada por descubrimientos científicos y tecnológicos tan acelerados y veloces que nos permiten vivir conectados al mundo y que nos ofrecen otras muchas posibilidades. Por otra parte, somos ciudadanos de una sociedad marcada por el egoísmo, la indiferencia, la depresión, la violencia, la falta de sentido de la vida, la demolición de los valores éticos y morales y de los valores cristianos. Además, nos ha golpeado súbitamente la presencia aterradora y aplastante de un enemigo invisible: el Coronavirus.

Nosotras, Hermanas Mediadoras de la Paz, cuyo carisma es SER PRESENCIA DE MEDIACIÓN Y DE CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ, aun siendo una congregación pequeña, nos hemos colocado en la PRIMERA LÍNEA para batirnos por la vida.

Hemos sellado una estrecha colaboración con el Gobierno del Estado de Pernambuco y hemos puesto al servicio de las víctimas del COVID 19 nuestro «Ospedale e Maternità Santa Maria».
Hemos firmado un acuerdo y hemos asumido además la administración de un Hospital Regional del Estado y otros tres servicios especializados de unidades de emergencia – UPAE.

Nuestras Obras Sociales y Educativas de Salvador y Vitória da Conquista (BA), y el IASDOC (Instituto de Asistencia Social Dom Campelo) de Recife han triplicado sus servicios con la asistencia online y la distribución de “cestas de alimentos” para satisfacer el hambre de las familias asistidas.

Aprovechando la tecnología, organizamos entre nosotras comisiones para la Evangelización online de los niños, los jóvenes y los adultos. Les hemos hecho llegar reflexiones sobre la Palabra de Dios, guiones de encuentros formativos, catequesis parroquiales, encuentros vocacionales, retiros y acompañamientos personalizados. Supimos comprender que, aunque sometidas por las medidas sanitarias restrictivas, podíamos utilizar perfectamente todos los medios tecnológicos que teníamos a nuestra disposición.

Realizábamos visitas a nuestras comunidades, asambleas, encuentros formativos y retiros online. No nos hemos parado en ningún momento. “El Señor enciende las luces cuando las necesitamos”.

Que el Dios de la Vida y de la Historia mantenga encendida en todos nosotros la llama viva de la Fe, de la Esperanza y del Amor.

¿Qué novedades para este curso nos mueve la esperanza para la Congregación de las Hijas del Divino Salvador?

Las novedades del Reino de Dios más significativas que están apareciendo en nuestro Grupo, en este momento, son la comunión y la solidaridad: la comunión entre los miembros de VSDBL con Dios Creador y la solidaridad que se expresa mediante una ayuda generosa y un apoyo recíproco en este momento difícil.

La comunión. Estamos viviendo, en efecto, una coyuntura tal que ninguno puede resolver por sí solo. Por ejemplo, la pandemia que estamos encarando en la actualidad nos convence de que nadie puede sobrevivir solo. Tenemos necesidad de Dios y tenemos necesidad de la ayuda y el sostén recíprocos de nuestros hermanos y hermanas. Durante la fase de aislamiento y de confinamiento, además de rezar, nos acercábamos a los necesitados trabajando en colaboración con las autoridades locales, como los jefes de los poblados, los responsables de la Iglesia y otras personas. Así todo resultó mucho más fácil que hacer las cosas por nuestra cuenta y riesgo. O sea, la comunión en el espíritu y en la acción nos permite afrontar los retos que nos plantea la actual situación.

La solidaridad con los que sufren es el otro valor del Reino que emerge en este tiempo de dificultad. La gente se muestra bastante generosa rezando y sacrificándose por quienes han sido golpeados por la pandemia hasta el punto de compartir con ellos sus propios bienes.

He aquí, pues, la unidad de espíritu que me recuerda lo que dice el Papa Francisco: «Nadie puede afrontar la vida aisladamente. Necesitamos una comunidad que nos sostenga y nos ayude, en la que podamos ayudarnos mutuamente para seguir adelante».

La paz viene condicionada por el desarrollo
(San Juan Pablo II)

Todavía sueño hoy que la guerra se acabará…;
legado ese día nos será revelada la gloria del Señor, y la contemplaremos todos unidos
(Martin Luther King)