Consulta mundial de la Familia Salesiana

En este número nos hacemos eco de las novedades que se han propuesto la Asociación de Damas Salesianas y el Instituto Secular de los Voluntarios con Don Bosco.

¿Qué novedades para este curso nos mueve la esperanza para la Asociación de Damas Salesianas?

En la Asociación Damas Salesianas, el tema sobre las Migraciones es especialmente cercano y sensible. De una forma u otra, todos los 24 Países ADS se ven afectados por este fenómeno, que no es algo solamente propio de nuestra época, pero sí es diferente por la intensidad y la diversidad de motivos.

Los fenómenos migratorios, que históricamente han existido siempre, siguen siendo cada vez más frecuentes en el mundo.

La búsqueda de unas mejores condiciones de vida, del bienestar personal y familiar, es una constante que se repite en los países sumidos en la pobreza o que han sufrido el impacto de catástrofes naturales, guerras y persecuciones.

Como consecuencia, afecta de manera determinante a las personas que abandonan su país y a su entorno familiar, grupal y comunitario. Surge el desarraigo de sus costumbres, de su idioma, de sus tradiciones y cultura en general, afectando entre otras su área emocional.

El fenómeno migratorio interfiere en la vida del país receptor cuando no contempla políticas sociales de acogida que orienten a estos contingentes de desplazados a encontrar trabajos acordes con su experiencia laboral, que les permita cubrir sus necesidades con sus ingresos.

En cambio, en muchas ocasiones, quienes se desplazan no tienen una gran formación profesional. En estos casos se multiplican los problemas para tener un trabajo y unos recursos que cubran las necesidades básicas más elementales.
En cualquiera de los dos casos, si el país de acogida no está preparado, pueden surgir situaciones sociales explosivas; y en los nacionales genera una conducta xenófoba al tener que compartir sus recursos con los recién llegados. Los migrantes generan incomodidad por entrar en competencia laboral y social, lo que puede llegar a producir situaciones de enfrentamiento o de explotación, agravadas en el caso de estar indocumentados.

En este orden de ideas hemos encontrado eco a esta inquietud en la Encíclica Fratelli tutti, del Papa Francisco. Dios es Amor Universal. En tanto formamos parte de Él, nos sentimos llamados a compartir y a crecer en fraternidad universal, que es apertura. No hay “otros” ni “ellos”, sólo hay “nosotros”. Con Dios y en Dios, queremos pensar y gestar un mundo abierto sin muros, sin fronteras, sin excluidos, sin extraños.

“…Si toda persona tiene una dignidad inalienable, si todo ser humano es mi hermano o mi hermana y si en realidad el mundo es de todos, no importa si alguien ha nacido aquí o si vive fuera de los límites del propio país…” (Fratelli tutti. 125).

Un análisis profundo, objetivo y auténtico de nuestro mundo actual constituye una fuerte voz de alerta que nos impide colocarnos extra muros de la Misión de Promoción Humana y Evangelizadora de Damas Salesianas. Se trata de hacer una nueva lectura de los tiempos que corren, para dar respuesta a las necesidades que se imponen y que alimentan nuestra naturaleza de continuar sembrando esperanza.

Nos esforzamos en amar con amplitud, como aconseja San Pablo (1Tess 3,12).

¿Qué novedades para este curso nos mueve la esperanza para el Instituto Secular de los Voluntarios con Don Bosco?

En este tiempo de pandemia, los Voluntarios de Don Bosco hemos tenido que afrontar cambios que, para nosotros, son «novedades del Reino» y que son signo de esperanza.

Hemos tenido un instante de desconcierto, porque la pandemia nos ha impedido movernos, como pide nuestra vocación de laicos consagrados:

  • ¿Cómo mantener el contacto?
  • ¿Cómo cuidar la formación?
  • ¿Cómo animar nuestra realidad?
  • ¿Cómo combinar el dinamismo de nuestra vocación con la imposibilidad de salir de casa?

Hemos captado una señal de la novedad del Reino en la plena aceptación de este momento, que hemos compartido en todos los aspectos con las personas de nuestro tiempo, tal como lo exige nuestra condición de seculares: algunos de nosotros también nos hemos enfrentado directamente a la enfermedad habiendo contado con el apoyo y acompañamiento de la oración y el interés de los hermanos.

Otro signo de novedad del Reino ha sido el crecimiento del vínculo de comunión entre nosotros: los contactos formales e informales entre nosotros se han hecho más frecuentes; y se han complementado con encuentros formativos y grupos de oración online por la imposibilidad de desplazarse de casa para encontrarse con el grupo. Hemos organizado encuentros para grandes áreas geográficas o lingüísticas, para vencer el aislamiento.

Periódicamente hemos cuidado el envío de video mensajes para animar a los hermanos y apoyarlos en la formación.
Hemos tenido la oportunidad de constatar un crecimiento en el sentido de responsabilidad, de pertenencia y de participación: creemos que también estos son signos de novedad del Reino. Y el Señor nos ha bendecido con nuevas vocaciones en Polonia, República Centroafricana, Vietnam e India, invitándonos a mirar las periferias del mundo con actitud de esperanza evangélica.

Somos iglesia y, además, vamos a ser iglesia sinodal. Vamos ¡todos a una!
(Cristina Inogés)

En la Jornada de los Abuelos me detengo en tres momentos: ver – compartir – custodiar
(Papa Francisco)