Raúl Fernández Abad
En este número, nos ponemos en contacto con nuestro Coordinador mundial Antonio Boccia. Buenos días Antonio. Gracias de antemano por responder a nuestras preguntas.
Preséntate: nombre, edad, estado civil, aficiones, trabajo, familia… Lo que quieras compartir con nuestra Región.
Nací en Torre Annunziata en la provincia de Nápoles (Italia) hace «casi» 60 años. Casado desde 1984, con Francesca, ama de casa por elección. Tenemos tres hijos: Giuseppe que trabaja en una tienda de comics, Carolina que es hija de María Auxiliadora y Vincenzo que trabaja en una empresa de distribución de energía. Está casado con Katia y tienen a Antonio Savio, nuestro primer nieto.
Estudié Electrónica Industrial y Digital. Actualmente trabajo en una empresa de software.
Asistí al Oratorio del Centro Juvenil Salesiano de Torre Annunziata e hice la promesa de Salesiano Cooperador el 31 de enero de 1980. Primero fui consejero de Formación y luego Coordinador Provincial de la provincia Campania-Basilicata (Región Italia-Oriente Medio-Malta). En 2015 fue elegido Consejero Mundial para la Región de Italia, Oriente Medio y Malta. En octubre de 2018 durante el V Congreso Mundial recibí del Rector Mayor el nombramiento de Coordinador Mundial para el sexenio 2018 – 2024.
¿Cuándo entraste en contacto con los salesianos cooperadores y como descubriste que era tu camino vocacional en la vida?
La primera vez que entré en contacto con los salesianos fue a los 10 años. Solía ir al Oratorio a jugar y luego, cuando fui creciendo, me incorporé al equipo de baloncesto y entré a los cursos de formación para jóvenes de mi edad. Todos éramos adolescentes y nuestro animador en un momento nos preguntó si estábamos pensando en nuestro futuro más allá del Oratorio. ¿Qué elección de vida queríamos hacer? Y así conocí a los Salesianos Cooperadores.
Me gustó poder trabajar y esta junto a los Salesianos sin ser religioso e involucrarme con los niños más pequeños. Así que el 31 de enero de 1980 hice mi promesa como Salesiano Cooperador. Desde ese día siempre he intentado ser consecuente con lo que prometí y es una elección que renuevo cada día.
¿Cuál es tu centro? ¿Qué te gustaría compartir de él?
Pertenezco al Centro Torre Annunziata, que tiene más de 100 salesianos cooperadores, pero como ocurre en otras partes del mundo, asisten significativamente al menos 40 de ellos. No tenemos una fecha determinada de cuando nació el Centro local pero tenemos constancia que algunos Bienhechores (los Salesianos Cooperadores de la época) acogieron con satisfacción la llegada de los primeros Salesianos a Torre Annunziata en noviembre de 1929.
Somos un Centro volcado al servicio del Oratorio y ahora que la presencia salesiana de Torre Annunziata tiene 2 casas de acogida para menores. En ellas los Salesianos Cooperadores representamos para los chavales la figura de la Mamá Margarita.
¿Qué significa ser Coordinador mundial en tu vida, en tu familia? ¿Qué aspectos positivos y negativos destacarías?
Si me hubieran hecho esta pregunta hace 3 años, habría respondido: «no sé». Ahora puedo decir que ser nombrado Coordinador mundial por Don Ángel ha cambiado algunos aspectos de mi vida personal y familiar. Es una gran responsabilidad, y, por el carácter y la educación recibida de mis padres, vivo esta responsabilidad con compromiso y sacrificio, renunciando también a mí para dar cabida a los Salesianos Cooperadores. Mi servicio a la Asociación de Salesianos Cooperadores es hacia las personas, con las que comparto una opción de vida vocacional y por tanto no se puede ser superficial.
En cuanto a los aspectos positivos, existe la oportunidad de conocer, comprender y experimentar culturas y tradiciones distintas a la mía. Me quedo con la boca abierta cuando me doy cuenta de que en la diversidad hay un elemento común: “Amor a Don Bosco”.
En cuanto a los aspectos negativos, me gustaría destacar uno que no es un aspecto negativo real, pero es una experiencia desde un punto de vista personal. En mi servicio sé que tengo el apoyo de todo el Consejo mundial y de muchos Salesianos Cooperadores. A veces experimento la «soledad» al tener que afrontar situaciones particulares. Soledad porque el ejercicio de la responsabilidad que mencioné anteriormente en la realización de este servicio lo requiere. Ayuda compartir con los Consejeros, pero la decisión final depende de ti y aquí experimentas la «soledad». En estos momentos he aprendido a estar en silencio y a darme tiempo, a veces alguien no lo entiende, pero es solo haciendo esto que puedo escucharlo hablándome y animándome. Después de todo, Él me ha elegido y me apoya.
Llevas trabajando con el Consejo mundial casi seis años ya (tres como consejero y el resto como Coordinador mundial). ¿Qué valoración hacer del trabajo realizado? ¿Qué destacarías del Consejo mundial?
Expresar una opinión más que positiva puede parecer sesgado, pero quienes me conocen saben que soy objetivo y por eso puedo decir que el Consejo mundial, del que soy miembro en diferentes servicios desde 2015, ha hecho y está haciendo mucho por la Asociación de Salesianos Cooperadores. Trabajó para dar a conocer PVA a todos y para concienciar a los Salesianos Cooperadores de su vocación de laicos en la Iglesia y en la Familia Salesiana.
Durante los últimos tres años, el Consejo está trabajando duro para dar más visibilidad a la Asociación de las diversas realidades del mundo en el que está presente. En el último año, debido a la pandemia, hemos activado proyectos solidarios a varios niveles y esto ha sido posible gracias a la sinergia de todos los Consejeros mundiales. Pero aún nos queda mucho por hacer.
Lo que destaco del Consejo mundial es que hay un ambiente familiar entre nosotros que no ha cambiado con el tiempo. Cuando nos conectamos a las diferentes videoconferencias que realizamos cada dos meses, hay siempre el mismo ambiente y entusiasmo que cuando nos conocimos hace seis años. Este es un valor importante que tiene el actual Consejo y del que se beneficia toda la Asociación.
¿Qué riquezas puede aportar a los jóvenes de hoy nuestra Asociación?
Los jóvenes nos piden que seamos sus compañeros de viaje, sus acompañantes. Los desafíos que enfrentamos son de una vida que, a menudo, está marcada por la falta de sentido de la vida, la dignidad humana, las crisis familiares, las situaciones socioeconómicas y las nuevas tecnologías.
Como Salesianos Cooperadores debemos acompañarlos porque, como nos exhorta el Papa Francisco en «Fratelli Tutti», debemos construir, junto con ellos, una «Amicizia Sociale» para una sociedad más cristiana y humana. Las Actas del V Congreso Mundial han trazado este camino para toda la Asociación. Depende de nosotros responder.
¿Qué mensaje quieres trasmitir a los salesianos cooperadores de la Región?
No podemos dejar de tener en cuenta que estos tiempos están influyendo fuertemente en nuestra vida personal, profesional, familiar y asociativa. También, en la Región Ibérica, se están experimentando las dificultades provocadas por la pandemia. Es el momento de pensar en un nuevo perfil del Salesiano Cooperador.
Me imagino un Salesiano Cooperador más atento al bien común; presente y comprometido en el ámbito social; con especial atención a los pobres, las familias y los jóvenes. Que se sumerga en la especificidad del salesiano como educador. Te conviertes en portador de entusiasmo y vitalidad en la Iglesia, creciendo en la conciencia de pertenecer a una Familia Carismática.
No debemos esperar a que termine la emergencia para activar estos procesos. Concretemos el ser «samaritano» a partir de situaciones de necesidad real; privilegiando los ámbitos de nuestra misión. Hemos incorporado las nuevas tecnologías de comunicación para mantener vivas las relaciones con el mayor número de Salesianos Cooperadores. Estos son los primeros signos de que ya ha comenzado una NUEVA PRIMAVERA para la Asociación de Salesianos Cooperadores y para toda la Familia Salesiana.
Existen lugares en los que hay mucha iglesia y poco Reino
(Cristóbal López)
La búsqueda de Dios adquiere un nuevo significado en la sociedad digital
(Gonzalo F. Sanz)