don Fabio Attard
Hay dos áreas que quisiera invitar a la Congregación a considerar cuidadosamente para los próximos años. Forman parte de una visión más amplia del compromiso de la Congregación. Creo que estas dos áreas tendrán consecuencias sustanciales en nuestros procesos educativos pastorales.
3.1. Inteligencia artificial – una misión real en un mundo artificial
Como Salesianos de Don Bosco, estamos llamados a caminar con los jóvenes en cada ambiente en el que viven y crecen, también en el vasto y complejo mundo digital. Hoy en día, la inteligencia artificial (IA) se presenta como una innovación revolucionaria, capaz de moldear la forma en que las personas aprenden, comunican y construyen relaciones. Sin embargo, por muy revolucionaria que sea la IA, sigue siendo exactamente eso: artificial. Nuestro ministerio, arraigado en la conexión humana auténtica y guiado por el Sistema Preventivo, es profundamente real. La inteligencia artificial puede ayudarnos, pero no puede amar como nosotros. Puede organizar, analizar y enseñar de formas nuevas, pero nunca podrá sustituir el toque relacional y pastoral que define nuestra misión salesiana.
Don Bosco era un visionario, que no temía la innovación, tanto a nivel eclesial como a nivel educativo, cultural y social. Cuando esta innovación servía al bien de los jóvenes, Don Bosco iba adelante con una velocidad sorprendente. (…). Si estuviera entre nosotros hoy, sin duda miraría a la IA con un ojo crítico y creativo. La vería no como un fin sino como un medio, un instrumento para amplificar la eficacia pastoral sin perder de vista la persona humana en el centro. (…)
La inteligencia artificial se convierte tanto en una herramienta como en una misión, ya que nos ayuda a llegar a los jóvenes donde están, a menudo inmersos en el mundo digital. Aunque abrazamos la IA, debemos reconocer que es solo un aspecto de una realidad más amplia que incluye las redes sociales, las comunidades virtuales, la narración digital y mucho más. Juntos, estos elementos forman una nueva frontera pastoral que nos desafía a estar presentes y ser proactivos.
Nuestra misión no es simplemente utilizar la tecnología, sino evangelizar el mundo digital, llevando el Evangelio a espacios donde de otro modo podría estar ausente. Nuestra respuesta a la IA y los desafíos digitales debe estar arraigada en el espíritu salesiano de optimismo y compromiso proactivo. Seguimos caminando con los jóvenes, también en el vasto mundo digital, con corazones llenos de amor porque apasionados por Cristo y arraigados en el carisma de Don Bosco. El futuro es luminoso cuando la tecnología está al servicio de la humanidad y cuando la presencia digital está llena de auténtico calor salesiano y compromiso pastoral.
(…)
150 años – el viaje continúa-.
Estamos llamados a dar gracias y alabanza a Dios en este año jubilar de la esperanza porque en este año recordamos el compromiso misionero de Don Bosco que en el año 1875 encuentra un momento muy significativo de desarrollo. La reflexión que en el Aguinaldo 2025 nos ha ofrecido el Vicario del Rector Mayor, don Stefano Martoglio, nos recuerda el tema central del 150 aniversario de la primera expedición misionera de don Bosco: reconocer, repensar y relanzar.
A la luz del Capítulo General 29 que estamos concluyendo nos ayuda a situar esta invitación en el sexenio que nos corresponde. Estamos llamados a ser agradecidos porque «el reconocimiento hace evidente la paternidad de cada hermosa realización.
Sin reconocimiento no hay capacidad de acoger”.
A la gratitud agregamos el deber de repensar nuestra fidelidad, porque «la fidelidad implica la capacidad de cambiar en obediencia hacia una visión que viene de Dios y de la lectura de los «signos de los tiempos». Repensar, entonces, se convierte en un acto generativo, en el que se unen la fe y la vida; un momento en el que nos preguntamos: ¿qué quieres decirnos Señor?”.
Finalmente, el valor de relanzar, empezar de nuevo cada día. Como estamos haciendo en estos días, miramos lejos para «acoger los nuevos desafíos, relanzando la misión con esperanza. (Porque la) Misión es llevar la esperanza de Cristo con la conciencia lúcida y clara, ligada a la fe”.
- Conclusión
Al final de este discurso conclusivo quisiera presentar una reflexión de Tomás HALIK, tomada de su libro La tarde del cristianismo. El autor en el último capítulo del libro que lleva el nombre de «La sociedad del camino», presenta cuatro conceptos eclesiológicos.
(…) “Iglesia como pueblo de Dios en peregrinación a través de la historia. Esta imagen traza una Iglesia en movimiento y en lucha con incesantes cambios. Dios plasma la forma de la Iglesia en la historia, se revela a ella por medio de la historia y le imparte sus enseñanzas a través de los acontecimientos históricos. Dios está en la historia”.
(…) Nuestra presencia en los diversos «patios de la vida de las personas» es la presencia sacramental de un Dios que quiere encontrar a aquellos que lo buscan sin saberlo. En este contexto, el «sacramento de la presencia» adquiere para nosotros un valor inestimable porque se entrelaza con las vicisitudes históricas de nuestros jóvenes y de todos los que se dirigen a nosotros en las diversas expresiones de la misión salesiana – el PATIO-.
“La ‘escuela’ es la segunda visión de la Iglesia – escuela de vida y escuela de sabiduría-. Vivimos en una época en la que en el espacio público de muchos países europeos no domina ni la religión tradicional ni el ateísmo, sino que prevalecen más bien el agnosticismo, el apateísmo y el analfabetismo religioso… En esta época es urgentemente necesario que la sociedad cristiana se transforme en una ‘escuela’ siguiendo el ideal originario de las universidades medievales, surgidas como comunidad de profesores y alumnos, comunidades de vida, oración y enseñanza”.
Recorriendo el proyecto educativo pastoral de Don Bosco desde sus orígenes, descubrimos cómo esta segunda propuesta toca directamente la experiencia que actualmente ofrecemos a nuestros jóvenes: la escuela y la formación profesional. Son itinerarios educativos como instrumento indispensable para dar vida a un proceso integral donde cultura y fe se encuentran. Para nosotros hoy este espacio es una excelente oportunidad donde podemos testimoniar la buena noticia en el encuentro humano y fraterno, educativo y pastoral con tantas personas y sobre todo con tantos niños y jóvenes que se sienten acompañados hacia un futuro digno.(…). Caminar juntos promueve un espacio de crecimiento integral inspirado en la sabiduría y los valores del Evangelio – la ESCUELA-.
“La Iglesia como hospital de campaña… Durante demasiado tiempo, cara a cara con las enfermedades de la sociedad, la Iglesia se ha limitado a hacer la moral; ahora se encuentra ante la tarea de redescubrir y aplicar el potencial terapéutico de la fe. La misión diagnóstica debería ser realizada por aquella disciplina para la cual he propuesto el nombre de cairología – el arte de leer e interpretar los signos de los tiempos, la hermenéutica teológica de los hechos de la sociedad y de la cultura. La cairología debería dedicar su atención a los períodos de crisis y cambio de paradigmas culturales. Debería sentirlas como parte de una ‘pedagogía de Dios’, como el tiempo oportuno para profundizar la reflexión sobre la fe y renovar su práctica. En cierto sentido, la cairología desarrolla el método del discernimiento espiritual, que es un componente importante de la espiritualidad de san Ignacio y de sus discípulos; lo aplica cuando profundiza y evalúa el estado actual del mundo y nuestras tareas en él”.
Este tercer criterio eclesiológico va al corazón del enfoque salesiano. No estamos presentes en la vida de los niños y jóvenes para condenarlos. Nos hacemos disponibles para ofrecerles un espacio sano de comunión (eclesial), iluminado por la presencia de un Dios misericordioso que no pone condiciones a nadie. Elaboramos y comunicamos las diversas propuestas pastorales precisamente con esta visión de facilitar el encuentro de los jóvenes con una propuesta espiritual capaz de iluminar los tiempos en que viven, de ofrecerles una esperanza para el futuro. La propuesta de la persona de Jesucristo no es fruto de un estéril confesionalismo o proselitismo ciego, sino el descubrimiento de una relación con una persona que ofrece amor incondicional a todos. Nuestro testimonio y el de todos los que viven la experiencia educativa pastoral, como comunidad, es el signo más elocuente y el mensaje más creíble de los valores que queremos comunicar para poder compartirlos – la IGLESIA-.
“El cuarto modelo de la Iglesia… Es necesario que la Iglesia instituya centros espirituales, lugares de adoración y contemplación, pero también de encuentro y diálogo, donde sea posible compartir la experiencia de la fe (…)”.
El cuarto concepto es el de una «casa» capaz de comunicar acogida, escucha y acompañamiento. Una «casa» en la que se reconoce la dimensión humana de la historia de cada persona y, al mismo tiempo, se ofrece la posibilidad de permitir a esta humanidad alcanzar su madurez. Don Bosco llama con razón «casa» al lugar donde la comunidad vive su llamada porque, acogiendo a nuestros niños y jóvenes, sabe asegurar las condiciones y propuestas pastorales necesarias para que esta humanidad crezca de manera integral. Cada una de nuestras comunidades, «casa», está llamada a ser testigo de la originalidad de la experiencia de Valdocco: una «casa» que capta la historia de nuestros jóvenes, ofreciéndoles un futuro digno – la CASA-.
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