Ángel Fernández Artime

El CG27 afirmaba que ha crecido la conciencia de ser Familia Salesiana. Digo lo mismo de estos últimos seis años. Seguramente, el trabajo realizado por las Inspectorías y las comunidades locales ha sido, a menudo, muy importante. Las Jornadas de espiritualidad salesiana han tenido una gran acogida y una participación notable y significativa. El Aguinaldo propuesto cada año sigue siendo solicitado y apreciado por los 32 grupos que conforman la Familia Salesiana en el mundo.

En cada contexto y lugar, elegimos lo que mejor puede expresar, en la cultura local, la esencia del mensaje, que ciertamente está presente y se difunde por todo el mundo salesiano. La propuesta del tema es un elemento que muestra, cada año y siempre más, nuestra identidad como familia religiosa en el mundo, ¡nuestro ser familia de Don Bosco! Y la Carta de identidad de la Familia Salesiana es la referencia en la que encontramos, precisamente, nuestra identidad como familia y en la que cada grupo -nosotros en particular- se reconoce como miembro de esta familia.

La reflexión iniciada por el CGE20 sobre la Familia Salesiana sigue siendo de suma importancia hoy en día, ya que constituye la base de nuestro ser familia de Don Bosco y define nuestra pertenencia y nuestro servicio a la misma. El Capítulo General Especial afirmaba: «Los Salesianos no pueden hacer una reflexión profunda e integral de su propia vocación en la Iglesia sin referirse a todos los que, con ellos, son portadores de la voluntad del Fundador. Con este fin, procuran una mejor unidad de todos, aun dentro de la diversidad de cada uno».

El camino de unidad y comunión recorrido a lo largo de estos años ha llevado a la publicación, en diferentes momentos, de tres documentos que expresan nuestra identidad y tienen la intención de ayudar a continuar ese camino: La Carta de comunión de la Familia Salesiana de Don Bosco, preparada por don Egidio Viganò y publicada en 1995; la Carta de la Misión de la Familia Salesiana publicada por don Juan E. Vecchi el año 2000; y la Carta de Identidad de la Familia Salesiana promulgada por don Pascual Chávez en 2012 y que, como fruto maduro, es expresión de una identidad carismática bien consolidada. Durante el sexenio ha habido una rica animación por parte del Secretariado para la Familia Salesiana en contacto con las Inspectorías y las regiones, especialmente acompañando a los grupos que requieren una atención especial de nuestra parte como Salesianos de Don Bosco. Nuestro Capítulo ciertamente hará una verificación del Secretariado de la Familia Salesiana, como se hizo al final del sexenio anterior.

También ha sido positiva la reflexión compartida y madurada en estos seis años en torno a los siguientes núcleos:

  1. La responsabilidad del acompañamiento que como Salesianos de Don Bosco tenemos y debemos tener hacia la Familia Salesiana, explicada en el artículo 45 de la Carta de identidad de la Familia Salesiana.
  2. La asimilación de la figura y el papel de los delegados inspectoriales y locales de los grupos de la Familia Salesiana en lo que se refiere a nuestro servicio de animación.
  3. La maduración y la actualización de los criterios y condiciones necesarios para pertenecer oficialmente a la Familia Salesiana.

En el próximo sexenio será muy significativo lo que se pueda realizar en vista de la coordinación y de la reflexión en la animación de la Familia Salesiana, junto con los sectores de la Formación y de la Pastoral juvenil de nuestra Congregación. Los frutos que puedan nacer de este acuerdo permitirán un salto cualitativo a nuestra realidad que ya es positiva.

Es absolutamente evidente que Cristo no nos ayuda en virtud de su omnipotencia,
sino en virtud de su debilidad
(Dietrich Bonhoeffer)