Rafael Villar Liñán

¿Qué tenemos hoy para comer? A veces parece que cuando abrimos las redes en busca de la información del día nos encontramos ante el menú de un restaurante, con los platos clásicos de la carta que llevan años en ella y los fuera de carta especiales del día, que el camarero intentará convencerte por todos los medios para pedir alguno de esos.

¿Qué tiene hoy fuera de carta? Pues mire, hoy tenemos un escándalo político, una nueva encíclica papal y el día mundial de tal causa. Temas sobre los que todo el mundo hablará hoy, pero de los que mañana nadie se acordará. Con un poco de suerte dará para estirar un tema algunos días, pero poco más. En seguida saldrá otra cosa que nos hará olvidar lo que ayer era cuestión de vida o muerte.

Me da la sensación de que estos temas cada vez duran menos. A veces incluso solo están de actualidad unas horas. Si fueran temas banales no me importaría tanto. Pero también tengo la sensación de que muchas veces se nos escapan asuntos importantes que tendrían que durarnos no ya días, sino hasta años. ¿De qué sirve que durante el Día Internacional de la Avellana Verde hablemos mucho de la importancia de su cultivo si después no la tenemos en cuenta el resto del año? (Cambia la avellana verde por cualquier otra causa y verás cómo se vuelve más preocupante).

Esto también nos pasa con los temas de Iglesia. El Papa nos acaba de regalar una carta encíclica, que por definición está hecha para crear magisterio y durar años, pero parece que solo se habló de ella cuando se publicó. Si nos vamos a nuestro ámbito tenemos lo mismo, cuántos encuentros hemos tenido en los que hemos hablado de unos temas apasionantes y al día siguiente, sin haberlos asimilado todavía para nuestra vida, ya estábamos pensando en cuál iba a ser el siguiente tema estrella. O temas formativos que tratamos en un par de reuniones y para el mes que viene se nos ha olvidado porque ya toca hablar de otra cosa.

Por eso, sería bueno que nos tomáramos las cosas con más calma. Que nos empapemos bien de los documentos, los tratemos en profundidad y no nos dejemos llevar por la rapidez que imponen las redes sociales. Siguiendo con la metáfora del inicio, tenemos que conseguir que nuestros temas, que empezaron como fuera de carta, se queden en la carta permanente. Y eso lo conseguiremos hablando a diario de ellos. Haciendo que nuestro mensaje sea perenne, permanente e intemporal. Por eso es bueno que en nuestras redes sociales aparezcan con frecuencia nuestras reflexiones sobre ellos.

A fin de cuentas, somos seguidores de un influencer que lleva 2000 años siendo trending topic.

La respuesta cristiana a la pandemia y a las consecuentes crisis socio-económicas se basa en el amor, ante todo el amor de Dios que siempre nos precede. Él nos ama primero

(9 de septiembre de 2020. Papa Francisco)