Raúl Fernández Abad

Ya lo hemos escrito en otras ocasiones pero es complejo escribir en estos momentos. Todo cambia a una velocidad inusitada y sin esperar acontecimientos. La Covid sigue instalada fuertemente entre nosotros y no sabemos cuándo acabará.

Podemos caer en la tentación de que como está la COVID me paraliza todas las actividades. Os recomiendo la lectura detallada del artínculo de nuestro vocal regional de Información del mes pasado sobre este apartado. No nos podemos parar. Y para no pararnos debemos ser creativos: salesianidad creativa.

Estamos en el mes de octubre, mes misionero por excelencia del año. El próximo día 18 se celebra la jornada del DOMUND bajo el lema «Aquí estoy, envíame».

Para esta jornada desde la Iglesia se nos pide que estemos en acción durante cuatro semanas. La primera semana en actitud de oración, la segunda semana en actitud de testimonio, la tercera semana en actitud de formación y la cuarta semana en actitud de solidaridad y caridad.

Nosotros, como miembros de la Iglesia, nos tenemos que sentir llamados e interpelados por estas jornadas. Pero no solo como Iglesia sino también por nuestra vocación de Salesianos Cooperadores.

Nuestro artículo 8 del PVA/E nos recuerda los compromisos apostólicos a los que los Salesianos Cooperadores somos llamados. Nos habla de seis compromisos apostólicos: en los compromisos cotidianos; entre los jóvenes (los más pobres y explotados; los que comienzan en el ámbito laboral y los que muestran una vocación específica); en la defensa el valor de la familia; en la práctica de la Doctrina Social de la Iglesia; sostiene la actividad misionera de la Iglesia y el compromiso por la educación en la universalidad y en el diálogo entre culturas.

Como podemos leer, se nos habla del compromiso misionero que se ve reflejado en nuestras actividades típicas (PVA/E, artículo 11) cuando se nos habla de nuestro trabajo misionero. Y me hago una pregunta para que reflexionemos sobre ella: ¿qué entendemos por trabajo misionero en el ámbito personal? ¿Y a ámbito asociativo?

En la Asociación algunos centros y provincias se está realizando esta reflexión.

En el ámbito Asociativo se recogió el guante hace 52 años y se decidió crear la obra propia «CSTM». CSTM, ahora CSJM, nace para fomentar esta dimensión misionera de la Asociación. Nace con un doble fin: fomentar la dimensión misionera personal y comunitaria.

En el ámbito asociativo se está cuidando. No solo con los salesianos cooperadores sino con los bienhechores de CSJM. Tenemos una base de aproximadamente 5.000 bienhechores a los que cuidamos con dos comunicaciones anuales generales y una comunicación específica cada vez que realizan una aportación. Estas comunicaciones no son solo para pedir sino que están destinadas para que ayuden al cuidado y crecimiento de este espíritu misionero, sobre todo para recordarnos que tenemos que poner nuestros bienes en común con los hermanos que lo necesitan. Varios centros no han podido llevar adelante sus actividades misioneras. Eso hace que nuestra obra se haya resentido económicamente pero alguno de ellos se ha dejado llevar por la imaginación y ha podido llevar adelante sus iniciativas.

Y nosotros: ¿somos capaces de reinventarnos? ¿Cómo podemos ayudar a CSJM? ¿Estamos dispuesto a decir: «Aquí estoy, envíame»?

Un abrazo.

Ningún viaje puede ser calificado de interior o espiritual
si no es para proteger y promover nuestro tesoro particular
(Pablo D´Ors)