Familia Villegas Galiano
El pasado mes de agosto un grupo de 19 familias de gran parte de Andalucía y Extremadura, vinculadas a
diferentes grupos de nuestra familia salesiana, hemos tenido la suerte de disfrutar de un increíble campamento.
Esta aventura nace como una de las iniciativas del Plan de Atención a la familia de la FASA. Un sueño que tiene como objetivo trabajar por y para los jóvenes desde los orígenes, porque sabemos que hacer Iglesia doméstica es apostar por la formación íntegra de nuestros niños y jóvenes.
El campamento se ha desarrollado en las instalaciones
de Contadero Aventura, en la Sierra de Cazorla.
Sitio que, por sus características naturales, ha favorecido
el disfrute del mismo y donde nos hemos sentido como
en casa gracias a las cómodas instalaciones, el magnífi co
equipo de cocina que nos ha conquistado con sus comidas
caseras y la siempre presente amabilidad, disponibilidad y
atención del personal.
Algunos hemos tenido la oportunidad de recordar
aquellos campamentos salesianos de nuestra infancia y
adolescencia y compartirlo ahora con nuestros hijos. Para
otras familias ha sido su primer campamento, pero para
todos y cada uno, sabemos que ha supuesto una experiencia
que ha marcado nuestras vidas. Y no sólo las nuestras,
porque nos hemos sentido elegidos y enviados a contagiar
lo vivido en estos días.
Hemos tenido momentos celebrativos, formativos,
festivos y de refl exión. Todo ello enfocado a la familia:
Talleres familiares en los que hemos compartido juegos.
Celebraciones, en las que nos hemos dejado sorprender
por la profundidad de nuestros pequeños y en la que los
mayores hemos tenido la oportunidad de vivir una verdadera
experiencia de Dios personal y comunitaria. Momentos
formativos de refl exión personal, tiempo para tomar
el pulso a la relación de pareja y nuestros proyectos de
familia y compartir con otras parejas la vida misma.
De forma paralela, nuestros hijos han compartido
la misma formación adaptada a sus niveles, gracias a la
disponibilidad de sus jóvenes animadores, los cuales han
hecho gala del “dad gratis lo que habéis recibido gratis”.
Y como no, momentos para disfrutar de nuestras
tradicionales veladas, en las que padres e hijos hemos respirado
pura alegría salesiana cada noche, antes de que las
buenas noches de nuestro querido coordinador y amigo
Alejandro Guevara, nos hicieran irnos a descansar sabiéndonos
destinatarios y portadores del sueño de Don Bosco.
Un campamento increíble para familias creíbles,
en el que todos y cada uno, desde el más pequeñito de
tan sólo seis meses, han hecho posible un verano diferente,
porque el Señor siempre sabe marcar la diferencia.