Antonio de la Flor y Teresa López, vocales regionales de Pastoral Familiar y Hogares Don Bosco
Hola Familia:
Un mes más ante “ustedes”. Cuando este escrito llegue a vuestras manos habremos iniciados nuevamente un tiempo muy especial: la Cuaresma.
Nos viene a nosotros, una imagen muy habitual para aquellos que tenemos un coche y este tiene unos años, concretamente nueve. Hemos recibido una carta informándonos de la revisión que anualmente debemos pasar.
Cogemos cita y nos vemos con nuestro vehículo ante un señor que hará una serie de pruebas al vehículo, es la ITV del mismo. Montados en el mismo, hacemos sonar claxon, encendemos luces, intermitentes, frenos. Posteriormente, nos hacen introducir el coche y que sus ruedas queden entre dos rodillos, frenada y “crac”, inmovilizado. Después pasamos a que revisen los bajos del vehículo. Dirección, unión de ruedas con la trasmisión. Todo perfecto, podemos continuar un año más. Esta inspección que hacemos a nuestro vehículo, no es solo para el funcionamiento en condiciones de nuestra seguridad, sino también para la de los demás.
La Iglesia hace mucho tiempo que también nos invita a hacernos una revisión. La Cuaresma es un momento del año litúrgico que nos muestra, prepara, revisa nuestro ser seguidor de Jesús. Con el corazón preparado para recibir la gracia de Dios, debemos de ponernos en manos de Él e ir dando pasos en construir su reino allá donde estemos. ¿Cómo están nuestras luces? ¿Cuáles son los signos visibles de nuestro ser cristiano?
La mayoría de las veces vamos muy acelerados en el día a día, pues este tiempo hay que saber frenar y analizar si vamos caminando en la vida de Jesús, para crecer en comunión con nuestros hermanos, muchas veces nos olvidamos que tenemos hermanos, que están a nuestro alrededor. También, Dios como Padre nuestro y que nos sirve a nosotros mismos para nuestro bien y el de los demás en la vida terrenal y la vida eterna.
Recientemente compartimos celebración de la Eucaristía en nuestra antigua parroquia. Saludos a los mayores, aún hoy vinculados a alguna actividad parroquial, al párroco, antiguo pastoralista y hoy al frente de la parroquia. Durante la celebración se encontraba, ante nosotros al lado izquierdo del altar, una imagen a tamaño real del fundador de los Marianistas y una frase que nos recordaba a nuestra experiencia de parroquia, vivida durante 18 años compartiendo con otras personas la bonita tarea de estar con los jóvenes en la pastoral: “todos sois misioneros”
El beato Guillermo Joseph Chaminade pronunciaba esta frase y trasladaba las mismas a las nuevas generaciones.
Esta experiencia, la nuestra, nos hacer ver lo importante que es compartir nuestra fe. Celebrar junto a otros, la nueva oportunidad de cambiar de vida, cambiar de ropa vieja por otra más nueva. En definitiva, no olvidemos lo más importante: “lo esencial es lo interior”.
Sin más y deseando disfrutéis de estos momentos. Hasta la próxima.
Jesucristo siendo rico se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza
(2 Corintios, 8-9)