Raúl Fernández Abad

Retomamos la serie que interrumpimos en el mes anterior sobre el Congreso de Laicos. Este podría ser el último pero el Congreso de Laicos vino para quedarse y para poder seguir haciéndolo vida. Os animo a que en nuestros proyectos para el curso que viene tengamos presente tanto la Guía del Postcongreso como todo el material que está por llegar.

El cuarto itinerario del Congreso de Laicos hace referencia a la vida pública y nuestro compromiso de transformación evangélica de la Sociedad y de ser testimonio de fe ante los que no conocen a Cristo. Y el propio documento nos propone tres objetivos y tres líneas de acción. En estos seis retos nos encontramos unas palabras clave como compromiso evangelizador, presencia creyente, promoción de la dignidad…

Un primer momento de reflexión que os propongo es: al leer estas palabras ¿cómo me siento interpelado por ellas? ¿qué acciones puedo llevar adelante para ponerlas en práctica?

Es un buen punto de partida para nuestra reflexión y de la interrelación con el Aguinaldo del Rector Mayor.

En el primer apartado del Aguinaldo ya nos lanza el título una interpelación claramente unida a la reflexión que os he propuesto: «Una realidad mundial que nos interpela y no podemos ignorar».

No solo habla de la COVID19 sino que también nos recuerda que hay otros 32 conflictos armados, la venta de armas… Y os dejo en vuestra reflexión esta pregunta que nos lanza el Rector Mayor: ¿la nueva normalidad traerá consigo algo realmente nuevo? Y yo añadiría a la pregunta ahondando a la reflexión propuesta ¿qué puedo aportar yo como «nuevo»?

No podemos olvidar que somos actores principales y no nos podemos quedar a la expectativa. Tenemos que pasar de ser un espectador de la realidad a ser protagonista de la realidad. ¿Estás dispuesto a dar este paso? ¿Qué vas a hacer para materializarlo?

En esta línea el Rector Mayor en el apartado 5 titulado «lectura Salesiana del momento presente» hace una serie de subrayados. En uno de ellos se dice: «Más que nunca: ¡presencia y testimonio! En este apartado se nos recuerda que tenemos que estar presentes y ser testimonio. Y ¿de qué tenemos que ser testimonio y estar presentes?

Os vuelvo a animar a que reflexionemos sobre esta pregunta, que miremos en nuestro corazón y descubramos qué nos debe mover para ser testimonio y estar presente.

El propio enunciado del cuarto itinerario nos lo recuerda al decir «testimonio de fe». Y el propio Rector Mayor, en el apartado mencionado antes, nos interpela a que hablemos del Señor que anima nuestra esperanza y no nos deja desanimar y desistir. No solo a los jóvenes sino a la Sociedad en la que estamos inmersos. Y no hay otra que hacer vida nuestro Proyecto de Vida Apostólica en su totalidad desde nuestro propio convencimiento.

Nuestro PVA/E nos recuerda que los SSCC practicamos la Doctrina Social de la Iglesia (cf. art. 8 PVA/E) y que la Asociación de SSCC interviene valientemente, según las indicaciones del Magisterio de la Iglesia para promover una cultura sociopolítica inspirada en el Evangelio donde defendamos primordialmente los valores cristianos (cf. art. 3 PVA/R).
Para terminar os pido una última reflexión ¿somos reflejo de estos dos aspectos que nos pide el PVA? ¿Cómo podemos ser testimonio de fe en la vida pública desde el ámbito personal y desde el ámbito asociativo? Os animo a que no solo lo penséis sino que lo llevéis adelante. Un abrazo.

En las “Galileas” de la vida cotidiana, es donde el cristiano se juega su identidad
(Papa Francisco)