Raúl Fernández Abad

Nos encontramos en un periodo vacacional merecido y necesario. Julio y agosto lo utilizamos para descansar de nuestros trabajos, y también de nuestros voluntariados, apostolados y similares.

Además venimos de un año que sigue marcado por la pandemia del COVID 19 que acrecenta esta necesidad de descanso. Al final y como nos dice el título necesitamos poner el cartel «Cerrado por vacaciones». Este periodo estival nos ayuda a descansar y a desconectar de nuestro día a día, olvidarnos de la rutina diaria del año y empezar una nueva rutina vacacional.

Ir a la playa, hacer rutas por la montaña, correr, ir en bicicleta, no hacer nada son actividades que seguro llevamos adelante. Esto nos ayuda a olvidar las actividades que normalmente llevamos adelante.

En la página 111 de nuestro boletín, y dentro de la sección «Decíamos ayer» nos encontramos ante una primera entrega de la figura de Don Bosco como maestro de oración. Este artículo nos va a interpelar en su lectura con una serie de preguntas sobre la oración. En la entrega de este mes destacan las siguientes:

  1. ¿Cómo va mi vida de oración? ¿Cuánto rezo? ¿Cómo rezo?
  2. ¿Doy testimonio de una vida de oración? ¿Se me ve rezar?
  3. ¿Con quiénes hago oración?

Os animo a reflexionarlas personalmente y a compartirlas con vuestro grupo.

Don Bosco, en el Reglamento para los Cooperadores Salesianos, da importancia a las prácticas religiosas que nos propone: actitudes de modestia, sencillez, moderación y exactitud, ejercicios espirituales una vez al año, el ejercicio de la Buena Muerte una vez al mes, rezos diarios de Padrenuestro, Avemaría y Gloria, mayor frecuencia posible en los sacramentos de Confesión y Comunión.

No sé a vosotros pero a mí me ocurre que esta bajada de la persiana en verano me ayuda a desconectarme de la vida de oración y de la vida sacramental cotidiana.

El romper con la monotonía y la rutina diaria también me puede llevar a romper con la rutina de rezar.
Por ello os propongo otras dos preguntas más: ¿Cómo es mi vida de oración en mis tiempos vacacionales? ¿Siento la oración como una rutina en mi vida?

En nuestro Estatuto dedicamos el artículo 19 a desarrollar cómo debe ser el estilo de oración de un salesiano cooperador. Y este artículo viene complementado tanto por el artículo 12 de nuestro Reglamento como por el Comentario al Proyecto de Vida Apostólica en el artículo 19.

Se nos marcan dos núcleos temáticos que nos pueden ayudar en nuestra oración:

  1. La oración: sencilla y vital inspirada en la vida trinitaria divina que se transforma en la vida cotidiana
  2. Crecer en la vida espiritual en comunión con la Iglesia y la Asociación.

Me siento privilegiado porque gracias a los EEEE en Buenafuente he podido entender y comprender, gracias a la Liturgia de las horas compartidas con las monjas cistercienses, la importancia de la oración continua y metódica, el poder estar en contacto con el Señor diariamente…


Os recomiendo dos lecturas y una practica: el arte de la oración de Benedicto XVI, el joven cristiano de Don Bosco y practicar las liturgia de las horas con alguna comunidad monástica.

Un fuerte abrazo hermanos.

Tenemos cadenas personales que nos esclavizan más que el contexto que nos toque vivir
(Janire Angulo)