Borja Pérez 

Nuestra Asociación está inmersa en un proceso de renovación. En el ámbito del Consejo Mundial se están produciendo los Congresos Regionales donde se está llevando a cabo la elección de los nuevos Consejeros Mundiales de cada Región y las respectivas Secretarías Ejecutivas. Desde junio hasta ahora se han celebrado seis Congresos, dos en Europa, entre ellos el nuestro, y los cuatro de América. El resto se irán celebrando de aquí a finales de año, hasta renovar en su totalidad el Consejo Mundial para el nuevo sexenio.

Es por tanto una época de renovación; lo más palpable, la renovación de personas; lo más importante, la renovación de actitudes, ideas y proyectos. Esto nos atañe a todos. Se nos pide periódicamente que nos evaluemos para poder así analizar si los pasos que hemos ido dando son los correctos y programar igualmente los objetivos y acciones de los próximos años. En estos Congresos, además, la idea común que se ha propuesto para trabajar es la de la Sinodalidad, entendida ésta como una llamada a hacer camino juntos, compartiendo ideas, proyectos, dificultades, retos, sueños…Se nos pide por tanto que esta renovación se produzca en el marco de un camino conjunto de todos los hermanos. ¿Qué se nos pide como Asociación y Familia Salesiana? ¿Cómo debemos ser, estar y hacer para poder seguir haciendo realidad aquello a lo que nos comprometimos con nuestra promesa?

Ésta es por tanto la propuesta que hemos lanzado para este curso en nuestro proyecto para la Región. Tomando como punto de partida el trabajo realizado en el V Congreso regional de junio, de cuyo trabajo resultó una síntesis de posibles líneas de trabajo, así como los retos que nos planteamos en el anterior sexenio, invitamos a todos los hermanos a que formen parte de este proceso de conversión y renovación.

Estamos inmersos en un contexto social y cultural muy dinámico y cambiante que requiere de un mayor dinamismo en nuestras propuestas como Asociación y como Familia Salesiana, como respuesta a nuevas situaciones que se van generando a nuestro alrededor. Además, sumidos en una cultura donde prima lo inmediato, muchas veces nos dejamos llevar por urgencias que enmascaran lo que verdaderamente es importante, y que muchas veces requiere de dar respuestas rápidas dentro de procesos más lentos. La renovación de ideas y actitudes, la conversión personal y de nuestros grupos, necesaria muchas veces para poder atender a nuevos retos, requiere de una primera etapa de escucha y discernimiento que posibilite descubrir hacia donde debemos caminar; solo tras esta primera etapa, vendrán otras a continuación donde podremos proponer y actuar. Sólo desde la ambición en nuestros proyectos acompañada de paciencia en la recogida de frutos seremos capaces de dar una respuesta eficaz a los retos que se nos plantean.

Os invitamos a recorrer este año juntos este camino de escucha y discernimiento. Estando atentos a lo que está a nuestro alrededor: A los jóvenes y sus familias, que nos están esperando. A nuestros hermanos, junto a los cuales debemos hacer este camino, siendo conscientes de sus capacidades y también de sus limitaciones; y a nuestra familia salesiana y a la Iglesia local, junto a quienes debemos caminar compartiendo y aportando nuestro carisma y nuestros talentos.

Vístete bien; que un palo compuesto no parece palo, le dijo Don Quijote a Sancho
(Cervantes)