Diego Quesada Polo
Estamos a solo un mes del esperado III Encuentro Regional en Málaga, que se celebrará del 1 al 3 de noviembre de 2024, bajo el inspirador lema «SARMIENTOS 24: FAMILIA DE DIOS CON ESTILO SALESIANO». Este encuentro es una invitación directa para que todos los salesianos cooperadores y salesianas cooperadoras renovemos nuestra conexión con Cristo y presencia activa en su Iglesia, el verdadero sustento de nuestra vida y misión. Recordemos sus palabras: “Yo soy la vid y vosotros los sarmientos” (Jn 15,5). ¡Sin Él, nada somos!
Este evento es mucho más que una simple reunión. Es una oportunidad única para encontrarnos en comunidad, convivir, celebrar y reafirmar nuestra vocación salesiana. Como bien nos lo expresa nuestro proyecto de Vida Apostólica, art. 21 de nuestro PVA/E: “Participan con alegría en la vida de familia de la Asociación para conocerse, crecer juntos, intercambiar experiencias de fe y elaborar proyectos apostólicos”. ¿Qué mejor ocasión para vivir esta experiencia en Málaga, junto a nuestros hermanos?
Desde la Secretaría Regional, se hace una llamada especial a que cada uno de nosotros participe activamente en este encuentro, que sigue la línea de los anteriores: “Un corazón, una misión” (2011) y “Una misión compartida: La familia salesiana” (2017). En esta edición, profundizaremos en el sentido eclesial y sinodalidad, reflejando lo que se nos pide en el art. 12 del PVA/E: “Los Salesianos Cooperadores participan en la misión de la Asociación en la Iglesia y la refuerzan con su compromiso y la implicación de otras personas”.
Este encuentro no solo refuerza nuestro sentido de pertenencia a nivel regional, sino que también nos prepara para el 150º aniversario de nuestra Asociación. Con corazones llenos de gratitud por la llamada que hemos recibido dentro de la Iglesia, nos disponemos a ser verdaderos signos del amor de Dios, viviendo el carisma salesiano herencia de Don Bosco y Madre Mazzarello. Tal como se recoge en el art. 28.2 PVA/E: “La pertenencia necesita signos concretos que se expresan tanto en la participación activa en la vida de la Asociación como en la presencia adecuada a la realidad de vida y en el compromiso profesional del asociado. Los Salesianos Cooperadores acogen con disponibilidad el tiempo de servicio y responsabilidad que se les pide, lo viven con discernimiento y entrega, profundizan en su formación específica, necesaria para cualificar su compromiso, según los programas establecidos por la Asociación”.
Nunca olvidemos que estamos llamados a dar frutos abundantes. Como nos recordaba Don Bosco: “Los cooperadores salesianos no sólo deben recoger limosna para nuestras obras, sino, sobre todo, afanarse por todos los medios posibles para cooperar a la salvación de sus hermanos, particularmente los más jóvenes” (Tolón, 1882).
Con el deseo de poder saludarte personalmente y compartir contigo un programa pensado para vivir, sentir, celebrar y experimentar a Cristo en el corazón de la familia salesiana y en comunión con su Iglesia.
¡Un fuerte abrazo!
No maltratarás ni oprimirás al emigrante, pues emigrantes fuisteis vosotros en Egipto
(Éxodo 22 20)