Inmaculada Garzón Arboledas

En este mes nos acercamos de nuevo a la Provincia de San Antonio y en concreto a la tierra de nuestra hermana beata y modelo Alejandrina Da Costa: Balasar.

Buenos días Carolina, para empezar a conocerte cuéntanos algo de tu vida

Hola, mi nombre es Carolina Faria, tengo 43 años. Estoy soltera y nací en la ciudad de Oporto (Portugal).

Nací en una familia humilde y católica donde pude dar mis primeros pasos en la fe. Somos tres hijos de los que soy la segunda. Mis padres se llaman José Lopes Faria y Maria Teresa Faria.

Pasé una infancia muy feliz. Era una jovencita alegre que en 1980 se fue a estudiar al colegio Sagrado Corazón de Jesús de las hermanas de Santa Dorotea en el municipio de Póvoa de Varzim.

A los 15 años todo cambió en mi vida como consecuencia de la enfermedad del lupus. Desde ese momento siempre tuve como premisa en mi vida la frase “la esperanza es lo último que se pierde”.

No ha sido un camino fácil para mí. Desde 1992 a 1998 siempre estuve atrincherada en el hospital entre hemodiálisis y las crisis del lupus. Con la gracia de Dios, el 7 de enero de 1999, me realizaron un trasplante de riñón.

En el año 2005 ese riñón dejó de funcionar por lo que todo volvió a empezar de nuevo. No me rendí, Dios me ha dado la gracia de vivir y no puedo consentir en rendirme. Dios me da la vida para algo, no para malgastarla.

Ahora, a los 43 años, sigo haciendo hemodiálisis, pero Dios me ha dado la gran gracia de seguir confiando en que todo esto lo superaré con la ayuda de María Auxiliadora. Como dice Don Bosco: “Confía en María y verás lo que son los Milagros”.

¿Cuánto tiempo llevas siendo salesiana cooperadora y por qué?

En primer lugar, quisiera agradecer a Maria Rita Scrimieri por la invitación a descubrir la vocación de salesiana cooperadora y a ser una aspirante a Salesiana Cooperadora. Si no fuera por ella, no habría conocido la belleza de ser salesiana cooperadora.

Hice la promesa el 21 de septiembre de 2019 con 16 nuevos Salesianos Cooperadores en Balasar en el pueblo natal de Alexandrina Maria da Costa, una gran gracia para nosotros y para todos. Ella es la Beata Salesiana Cooperadora que se comprometió hace 75 años. Ella hizo su promesa el 15 de agosto de 1944.

A través de su vida he tenido la oportunidad de conocer esta espiritualidad que siempre me ayuda a realizar en el plan de Dios en mi vida.

¿Qué alegría te ha aportado en tu vida la vocación de salesiana cooperadora?

Mi vocación me ha hecho constatar que pertenezco a una gran familia, la Familia Salesiana. Que mis decisiones se han adaptado al sentimiento de que la vocación salesiana es una forma de vida permanente.

Desde mi vocación específica como salesiana cooperadora he podido ver y constatar lo inspirador que, continuamente, es Dios conmigo. He podido poner en práctica algo de lo que sí soy capaz de hacer.

¿Qué crees que necesitan hoy los jóvenes de nosotros?

Los jóvenes de hoy necesitan acompañamiento, ser escuchados, confiar en ellos y que seamos ejemplo con nuestra vida. Pero sobre todo, un amor que les haga experimentar la verdad en el ejemplo de vida en la propia familia.

Los jóvenes tienen una fuerza fantástica que, cuando experimentan el amor que Dios tiene por ellos, encuentran todas las respuestas por sí mismos, y sus sentimientos de bondad florecen en ellos.

¿Qué es lo que más te gusta de la Asociación? ¿Dónde crees que debería crecer?

Lo que más me gusta de la Asociación es el ambiente familiar que siempre puedes respirar allá donde vayas. Aunque no te conozcas y visites otras casas salesianas o estés en otras reuniones, serás acogido y sentirás una conexión especial.

No tengo ninguna duda de que los que forman parte de la Asociación tienen un carisma especial que es contagioso.

Y siento que, cada vez más, con este gran ejemplo del carisma salesiano debo crecer en este gran camino que acabo de iniciar como salesiana cooperadora.

¿Llevas adelante algún trabajo pastoral, tienes algún proyecto en el horizonte?

Formo parte del Grupo Coral en las Fiestas del Santuario Alexandrina de Balasar, además de ser voluntaria en la “Recepción del Peregrino” del Santuario Alexandrina en Balasar, (Portugal).

El sueño de mi vida es hacer Voluntariado Internacional para poder ayudar a aquellos que más nos necesitan. Debido a las circunstancias (mi salud) hasta ahora no he podido hacerlo.

Pero no he perdido la esperanza de que, algún día, podré realizarlo.

Gracias por compartir tu vida y tu experiencia con nosotros. ¡Qué bonito testimonio! Un abrazo.

Traducción: Raúl Fernández Abad

Ante todo, Don Bosco prestaba atención especial a descubrir los posibles signos de vocación en los jóvenes con los que entraba en contacto
(Pascual Chávez)

La palabra ADVIENTO significa “VENIDA”, el Señor viene. Esta es la raíz de nuestra esperanza
(Papa Francisco)