María de los Ángeles Calzado
El Campobosco es un viaje para visitar la cuna de la Salesianidad. Un pequeño recorrido por los pueblos del Piamonte donde vivieron Don Bosco y Madre Mazzarello. No es turismo sino una peregrinación en la que volver a las raíces, acontecimientos y lugares que marcaron la vida de nuestros protagonistas.
Pero el Campobosco es mucho más, es un grupo de más de 760 personas, es encuentro entre las diversas inspectorías y países de la Región, entre varias generaciones de animadores, es celebración festiva de la Eucaristía y es beber del pozo de Mornese o de la fuente de Valdocco para saciar nuestra sed, como los niños de Don Bosco y las niñas de Maín.
Es un viaje que te permite sumergirte en aquellos mismos lugares donde vivieron nuestros protagonistas para absorber todos los detalles que la Providencia iba desencadenando, es rejuvenecer para volver a ser un chaval que corre por el prado de los Sueños o que juega en el patio del Colegio. Es celebrar la Eucaristía en la casa de la Valponasca o en la misma Basílica de María Auxiliadora, orar cantando y rezar unidos el Padre Nuestro con las manos entrelazadas. Es escuchar a Dios que nos llama y entender que tiene una misión para nosotros: seguir trabajando por los jóvenes y desfavorecidos, con la alegría de sentirnos amados por Dios.
Todos estos sitios son los mejores decorados para esta gran aventura. Pero el éxtasis se consigue gracias a las personas que tenemos alrededor. Para poder disfrutar de esta experiencia de forma organizada, nos dividimos en grupos y buses para los traslados. El regalo para cada joven es estar rodeado de otros de su misma edad, con experiencias vitales diversas pero con la misma motivación: estar con sus niños y niñas en los oratorios, centros juveniles o plataformas. Esto no solo les ayuda a conocer otras realidades, a no sentirse un “bicho raro” y querer ayudar al otro; también supone una reafirmación de su fe, un estallido de alegría que les propulsa a profundizar su vivencia.
Los SSCC teníamos una misión: Estar allí junto a los jóvenes. Hacernos presentes para que nos conozcan, para poder presentar nuestra vocación, para dar testimonio de cristianismo y de compromiso salesiano para aquellos que quieren ir más allá con su vida de fe. Y lo hemos hecho. ¡Y ha sido muy satisfactorio! Porque, además, nosotros hemos podido conocer a SSCC de toda España y Portugal, nos hemos alegrado de estar entre tanto joven y hemos podido renovar nuestra promesa delante del Rector Mayor. Y esto ha sido posible gracias a que formamos parte de la Familia Salesiana. Salesianos y Salesianas cuentan con nosotros y nos hacen partícipes en la misión.
Cristo en la cruz revela la base y extensión de nuestras relaciones
(Aquilino Bocos)