Eusebio Martínez Aguado
“Hemos acogido con inmensa alegría el gran don de la noticia de que el Sumo Pontífice ha autorizado a la Congregación para las Causas de los Santos promulgar el Decreto relativo al milagro atribuido a la intercesión del Beato Artemide Zatti: Profeso laico de la Sociedad Salesiana de San Juan Bosco; nacido el 12 de octubre de 1880 en Boretto (Italia) y muerto el 15 de marzo de 1951 en Viedma (Argentina). Con este acto del Santo Padre se abre el camino para la canonización del Beato Artemide Zatti”.
Con estas palabras se dirigía el Rector Mayor el día 9 de abril del 2022 a todo el mundo salesiano para comunicar que el Beato Artemide Zatti será proclamado santo. Estamos ante un santo ¡muy de la puerta de al lado!
A lo largo de estos meses aparecerán muchos escritos que nos inviten a vivir la santidad ante el ejemplo de nuestro querido D. Zatti. Os propongo estas sencillas reflexiones:
La cruz. Él descubrió ante las pruebas de la vida ordinaria, la cruz (emigrante, enfermedad, incomprensiones…) como camino seguro y único a la vida nueva inaugurada por Cristo resucitado.
Esperanza. En el carisma salesiano, ¡SE PUEDE SER SANTO! Como educadores-animadores sabemos muy bien que el mejor regalo que podemos dar a los jóvenes es nuestra santidad.
¡Los pobres! ¡Jesús! Trataba a cada uno con la misma ternura con la que habría tratado al mismo Jesús. Trabajando continuamente entre los más necesitados y viendo en todos ellos la figura de Jesús.
Testimonio del Papa Francisco sobre D. Zatti. «En 1976, me detuve unos días en el Arzobispado de Salta. Allí, Mons. Pérez me contó la vida del señor Zatti. Me llamó la atención su figura tan plena de Coadjutor. En aquel momento sentí que tenía que pedir al Señor, por intercesión de ese gran Coadjutor, que nos enviara vocaciones de coadjutores. Hice novenas y pedí a los novicios que las hicieran. En julio de 1977 ingresó el primer Coadjutor joven. El 29 de octubre de aquel año ingresó el segundo. Otros 16 hermanos ingresaron de 1978 a 1986. Y así hasta 23 vocaciones. Estoy convencido de su intercesión ya que, considerando el número, es un caso especial en la Compañía”.
El testimonio cercano de santidad es una llamada fuerte a hacer opciones en este sentido. Ya el Concilio Vaticano II explicitó en su momento esta llamada universal a la santidad. Nos orienta la Exhortación «Gaudete et exsultate» del Papa Francisco. Estamos viviendo momentos en los que recibimos invitaciones constantes a “lo más”. El Papa nos dice: No tengas miedo de apuntar más alto, de dejarte amar y liberar por Dios. No tengas miedo de dejarte guiar por el Espíritu Santo. La santidad no te hace menos humano, porque es el encuentro de tu debilidad con la fuerza de la gracia.
En el fondo, como decía León Bloy, en la vida «existe una sola tristeza, la de no ser santos» (GeE 34).