Boletín 1. Diciembre de 1962
Transcribimos el esquema propuesto sobre la Conferencia mensual de «La Iglesia» en la página 4 de nuestro primer boletín de Salesianos Cooperadores en diciembre de 1.962.
Todos conocemos lo que es la Iglesia: La Sociedad fundada por Cristo para la salvación del género humano. En ella ingresé por el bautismo y soy actualmente miembro, consciente o inconsciente, de la misma y me encuentro activa o pasivamente, colaborando con ella en la salvación del género humano.
- La Iglesia es llamada por semejanza con la vocación que Dios otorgara al pueblo judío, el pueblo de Dios por excelencia. Todos los bautizados que se encuentran unidos al Papa, que tienen la misma fe, practican las mismas costumbres y reciben los mismos sacramentos, forman realmente un pueblo compacto, unidos entre sí por esos mismos ideales y unidos todos con Cristo Victorioso y cuyos miembros se llaman hermanos y viven como tales.
- La Iglesia se llama también, con gran profundidad teológica, Cuerpo Místico de Cristo. Es tanta la unión que misteriosamente existe entre los Cristianos entre sí por medio de la gracia y es tanta la fuerza de unión que existe entre los cristianos y Cristo, que San Pablo (que comprendió perfectamente la “trabazón” fortísima que existe entre los cristianos entre si y su Cristo y la “unidad” que forma “ese todo”) no tuvo comparación más exacta, ni más semejante para expresar ese pensamiento que Dios le hizo entender que “echar mano” de la palabra: cuerpo.
San Pablo vio en el cuerpo humano:
- Una unidad formidable en medio de una admirable variedad de miembros diversos
- Una trabazón y obediencia admirable de todos los miembros al mandato de la cabeza
- Un espíritu de servicio de unos miembros a otros que llaman la atención poderosamente
- Una vida que “fluye” por todos los miembros dando “vida”, movimiento, actividad.
Y San Pablo “aplicó” estos conceptos del cuerpo humano a la Iglesia de Cristo porque esos conceptos “cuadraban”, “venían bien”, vislumbran, decían lo que era la Iglesia, un verdadero Cuerpo compacto, misteriosamente unido entre si cada uno de sus miembros (que aquí son los hombres) y unidos a Cristo.
- La Iglesia es una Sociedad para la salvación de las gentes. No es la Iglesia una “estática” arca de salvación para todo el que entre en ella, es una Sociedad operante de la salvación de todos los hombres sirviéndose de la difusión de la doctrina de Cristo, llevándole a su alcance los Sacramentos, dándoles y conservándoles (con la colaboración personal de cada hombre) el “elemento” de inapreciable y altísimo valor de la GRACIA SANTIFICANTE, que misteriosamente le eleva a la grandeza de hijo de Dios…
Y a esa misión de salvación cada “miembro” se “mueve”, según su situación y capacidad, en servir (Cuerpo Místico) a otros miembros…
La fe nos hace salir de nuestros cobertizos personales e institucionales
para hacer presente el sí de Dios en todos los rincones
(Julián Barrio)