Isabel Pérez Sanz, fma
Seguimos inmersos en una situación en la que no acabamos de ver horizontes claros, porque el entorno de la pandemia, pese a algunos guiños de optimismo, todavía no permite normalizar nuestras relaciones.
Estamos en tiempo pascual y tenemos una convicción, fundamentada en nuestra experiencia: Él, Jesús Resucitado, se nos sigue acercando, camina a nuestro lado, a nuestro ritmo y, como a los discípulos de Emaús, nos pregunta: ¿De qué conversáis en el camino?
Lo recordamos: ellos hablaban de sus sueños rotos, de sus esperanzas malogradas, de lo que esperaban y no se pudo cumplir. Con frecuencia también nosotros comentamos que, a pesar de la creatividad y de la facilidad de comunicación que nos permiten las videoconferencias, los whatsApp, etc, los encuentros presenciales han caído, los planes de campamentos o de vacaciones no son posibles, la economía familiar no acaba de despegar. En esta situación, busquemos unas pautas que faciliten el encuentro transformador con ÉL, como:
- Abrir el corazón y confiarle nuestras desilusiones y dificultades.
- Escuchar a Jesús en el Evangelio, que da luz a nuestra situación.
- Pedirle que comparta nuestra mesa y, en el gesto de compartir el pan, experimentemos un cambio cualitativo en el que todo recobre un sentido.
- Salir a compartir con los hermanos y hermanas, al amanecer o a pleno sol, que Él sigue Vivo.
Dice el Papa Francisco en la Vigilia Pascual 2021: “Jesús no es un personaje obsoleto. Él está vivo, aquí y ahora. Camina contigo cada día, en la situación que te toca vivir, en la prueba que estás atravesando, en los sueños que llevas dentro. Abre nuevos caminos donde sientes que no los hay, te impulsa a ir contracorriente con respecto al remordimiento y a lo “ya visto”. Aunque todo te parezca perdido, por favor déjate alcanzar con asombro por su novedad: te sorprenderá”.
Nuestra ASSCC y la sociedad en general, en búsqueda compartida y diálogo sereno, necesitan encontrar esos horizontes de luz por donde avanzar. Y me consta que, en todas las Provincias de nuestra Región, “se van marcando nuevas metas, nuevas ilusiones y volver a encontrarnos para compartir momentos de fraternidad… para soñar juntos”.
Somos pueblo de Dios “en salida”, con muchos cristianos que, en las Diócesis o en diversos Movimientos renovamos, a la luz del Espíritu, la tarea evangelizadora. La presencia del Resucitado nos llena de paz y alegría, de nuevo impulso, para compartir con nuestra familia y seres queridos, que el sentido de nuestra vida es hacer realidad una sociedad más justa y fraterna. más configurada con el sueño de Dios sobre la humanidad.
Hermanos y hermanas, la primera comunidad de seguidores de Jesús permaneció unida junto con María, la Madre de Jesús y nuestra. Con Ella queremos percibir y escuchar los grandes desafíos que viven los jóvenes, las familias, los amigos, y descubrir los signos de vida nueva que ya están apuntando.