José Ropero Torres

José María Rodríguez Olaizola, como más conocido en Twitter como @jmolaizola, es un Sacerdote Jesuita y escritor que comparte reflexiones, oraciones y pequeños mensajes en esta red.

A lo largo del año, Olaizola comparte reflexiones sobre la cultura, las noticias cotidianas y el Evangelio. Sin embargo, es en los tiempos fuertes de Navidad y Semana Santa cuando nos deleita con sus hilos, narrando cómo podrían haberse desarrollado los hechos casi en tiempo real. Aunque también podemos verlas recogidas en su libro “Mosaico Humano” (2015), recientemente reeditado y de una manera más extensa en “La Pasión en Contemplaciones de Papel” (2012).

En concreto, estos años a través de su cuenta de Twitter hemos tenido la oportunidad de leer, contemplar y rezar los hechos acontecidos entre la llegada de Jesús a Jerusalén, la frugalidad del seguimiento de algunos que buscan hacerle rey, su pasión, muerte y resurrección.

Podemos contemplar cómo serían esos últimos momentos de intimidad y complicidad en Betania, las últimas conversaciones, los gestos que lo contienen todo. También tenemos la oportunidad de rezar y observar cómo lo contrario del amor no es el odio, sino el egoísmo, la búsqueda del beneficio propio y la conservación de una imagen de Dios que mantiene a una elite inamovible.

Olaizola, consigue todos los años atrapar a una mayoría de personas que buscan en las redes sociales un espacio para la reflexión y la contemplación de la Pasión desde una narración casi en tiempo real, en la que los acontecimientos se desarrollan no solo como hechos aislados sino poniendo el acento en la actitud y en la psicología de los personajes.

Este año, como los anteriores esperaremos con ánimo ese primer “tuit” que abra el hilo de su narración, el inicio de una historia en la que todos nos podemos encontrar y descubrir algo más de nosotros y nuestra relación con Dios.

Acabo con el final del hilo de la narración hecha por Olaizola en 2019: “El Amor ha atravesado el tiempo y se ha hecho eterno. Se ha enfrentado a la muerte y ha vencido. La justicia es inmortal”.

Quien cree en Dios no puede cerrar ni fronteras ni corazones
(Niklaus Kuster)