Rafael Villar Liñán

Durante los últimos doce meses, he tratado de exponer en esta serie de artículos mi visión sobre las redes sociales, cómo son, para qué nos sirven, y para qué nos pueden servir en nuestra tarea evangelizadora. Hemos hablado del lenguaje que se utiliza en cada una y cómo nos podemos aprovechar de ellas.

Ahora, llega el momento de que no olvidemos aplicar estos sencillos consejos en nuestro día a día en una sociedad que, como dice el Papa, “a pesar de estar hiperconectada, existe una fragmentación que vuelve más difícil resolver los problemas que nos afectan a todos” (Fratelli Tutti, 7). Tenemos un largo camino por delante en el que hay muchos puentes que construir. Y ese camino pasa inevitablemente por las redes sociales, no como meta sino como medio. Las redes son el escenario en el que crece la división y la polarización, pero no olvidemos que son personas las que están detrás de las pantallas. Entre ellas es entre las que quedan puentes por construir. Pero las redes solo bastan para acercarnos, el siguiente paso debe ser a través del contacto físico, y ahí será cuando consigamos conciliar las posiciones. Como nos dice el Papa en la Fratelli Tutti: “hacen falta gestos físicos, expresiones del rostro, silencios, lenguaje corporal, y hasta el perfume, el temblor de las manos, el rubor, la transpiración, porque todo eso habla y forma parte de la comunicación humana” (FT 43).

Por eso, hasta aquí llega esta colección de artículos. Ha llegado el momento de levantar la cabeza de la pantalla y mirar a los ojos al que tenemos enfrente. Creo que con los consejos que he ido dejando tenemos un campo más que suficiente para mejorar en nuestra atención al patio digital.

A partir del próximo mes, esta página será ocupada por más fotos de la actividad en las redes de nuestras provincias y ganará extensión el artículo “En las redes”, ese en el que presentamos buenas iniciativas de evangelización digital.

No quiero terminar la serie sin hablar de la que ha sido mi principal fuente de inspiración para la mayoría de los artículos. Se trata de un librito muy corto llamado “Evangelizar en la cultura mediática. En clave de diálogo y oportunidad” de Manuel María Bru y editado por la Editorial CCS.

En apenas 60 páginas expone en primer lugar la nueva evangelización promovida por el Concilio Vaticano II, continúa describiendo las características de la cultura mediática actual y termina por dar unos consejos sobre cómo hacer lo primero (evangelizar) en lo segundo (la cultura actual). Me ha acompañado en mi escritorio todos estos meses, volviendo sobre mis subrayados para plasmarlos en estas líneas. Pero no se ha quedado sólo en una fuente de trabajo. También me ha servido para poder actualizar mi visión de la juventud y la forma en la que me acerco a ellos para hablarles. Que, a fin de cuentas, es para lo que hice una promesa.

El adviento es un camino hacia Belén. Dejémonos atraer por la luz de Dios hecho hombre
(Papa Francisco)