Inmaculada Garzón Arboledas

En esta ocasión entrevistamos a Cristina Quirós Córdoba, salesiana cooperadora del centro de Sevilla Nervión de la Provincia de María Auxiliadora, que lleva a cabo un interesante proyecto llamado “Grupo de Crianza Mamá Margarita”, entre otras cosas.

Hola Cristina, ¿qué podemos en un primer momento saber de ti? (ciudad de nacimiento, familia, estudios, datos personales que te parezcan interesantes de contar).

Nací en Puente Genil hace 36 años, soy cordobesa, aunque ya llevo más años viviendo en Sevilla por lo que me siento sevillana de adopción. Me vine a estudiar a Sevilla en el 2001 tras un periodo de distanciamiento de la Iglesia, unos años de búsqueda personal, espiritual, profesional y vocacional conocí el Movimiento Juvenil Salesiano en la Pascua Juvenil celebrada en Sanlúcar La Mayor en 2006. Me invitó una compañera de carrera y fui sin muchas ganas. Aquella experiencia supuso un momento fundante en mi vida. Tanto, que casi todo lo que tengo y vivo ahora es gracias a aquella Pascua. En ella conocí al que hoy es mi marido, Antonio García, también salesiano cooperador del Centro de Sevilla-Nervión.

En aquella Pascua comencé a conocer a Don Bosco, el carisma Salesiano, el sentir la alegría la acogida, la cercanía, la predilección por los más pobres. Conocí una forma distinta y muy vivida de seguir a Jesús y de sentir muy cerca la presencia de María. Comencé mi experiencia como animadora, posteriormente como educadora en el Centro de Formación Socieducativa Sor Eusebia (Fundación Mornese). Aquel centro me conquistó; sus proyectos, su gente, su vida. Allí podía vivir en profundidad el carisma salesiano y el encuentro real con Jesús. Es por ello que considero mi raíz salesiana y mi casa, la Casa de Sor Eusebia.

Estudié enfermería y posteriormente hice la especialidad de matrona. Actualmente ejerzo de matrona con una gran vocación. Es una suerte ser testigo de los momentos tan maravillosos y milagrosos que suponen acompañar a una mujer mientras da vida.

¿Desde cuándo eres salesiana cooperadora?

Hice mi promesa de salesiana cooperadora en 2012, un 22 de enero, día de Laura Vicuña.

Sé que llevas a cabo un proyecto de ayuda a la mujer denominado “Grupo de Crianza Mamá Margarita.” Cuéntanos cómo surgió y en qué consiste.

Como os he comentado soy matrona. Tras el nacimiento de mis hijas mi vida se transformó. Esta experiencia y mi contacto con tantas madres y familias que llegan a la maternidad en una sociedad que no aprecia su importancia, ni cuida física y emocionalmente a los bebés y niños me hizo conocer varios grupos de crianza que están surgiendo como forma de crear redes y tribu entre las madres y familias que están criando hijos en edades tempranas.

Los grupos de crianza surgen como respuesta para cubrir las necesidades de familias, sobretodo madres, que al llegar al periodo de la maternidad se sienten solas, poco apoyadas social, económica y profesionalmente. Sirven para dotar a madres y padres del apoyo que antes recibíamos de abuelas, tías, vecinas. Y que ahora por las circunstancias de trabajo, traslados y nuevas formas de vida se ha ido perdiendo. Porque para cuidar a un niño se necesita una tribu.

Después del nacimiento de mi segunda hija unas cuantas madres del parque donde acudía me preguntaban dudas referentes al cuidado, lactancia, apoyo emocional durante el puerperio. Ellas me propusieron la idea de crear un grupo de Crianza. «Dios te llama ahí donde menos te lo esperas». La crianza era mi momento de vida y en medio de ella, relacionado con mi profesión, Dios me pedía dar respuesta. Tras darle muchas vueltas pensé que podría ser una buena idea darle nuestro punto cristiano, desde el respeto y la tolerancia, a un grupo de crianza y que sería una bonita forma de dar respuesta a esas madres y padres que se sienten un poco perdidos ante la llegada del primer hijo o desbordados ante la llegada de los siguientes.

Presenté el proyecto en mi Centro de SSCC y hablé con las Hijas de María Auxiliadora para que me cedieran una sala. La iniciativa fue aprobada. Llevamos funcionando aproximadamente un año y medio.

Nos reunimos una vez al mes, para tratar temas de crianza: Sueño infantil, lactancia materna, disciplina positiva, primeros auxilios, alimentación complementaria, comunicación en pareja y muchos más. Las reuniones son abiertas a cualquier familia pertenezca o no al carisma salesiano. Evidentemente se puede acudir con los niños. Es gratuito, solo se pide un donativo voluntario, que al final del curso se entrega a algún Proyecto Social de la Fundación Mornese.

Qué tal la experiencia de estas mujeres a las que acompañas, ¿cómo lo viven ellas?

Viven muy positivamente pertenecer al grupo, se sienten apoyadas (hablo en femenino porque la mayoría son mujeres), les sirve como lugar de encuentro, de desahogo, de compartir, de reforzarse y encontrar lazos y muchas de ellas se han implicado en la consecución de un mayor aporte de donativos vendiendo diferentes utensilios relacionados con la crianza.

Resulta interesante encontrar proyectos salesianos centrados en el ámbito sanitario, y puede ser alentador para aquellos que encuentran dificultad a la hora de vivir su vocación porque en su vida diaria no están en contacto directo con jóvenes

¿Podrías explicar qué aporta el carisma salesiano al proyecto o cómo lo integras?

Creo que es una buena forma de trabajar la pastoral familiar y por otro lado de atender a los mas vulnerables de nuestra sociedad, a los que menos en cuenta son tenidos: Los bebes y niños pequeños. Cuidando a sus madres, cuidando a sus padres y familiares, ellos pueden ser mejor cuidados. Por otro lado, es una forma de acercar el carisma, de hacer más cercana la Iglesia a gente que viene de otros carismas, de otras religiones, de otras creencias o de ninguna de ellas. Creo que es salir a las periferias, abrir las puertas y acoger con amor. Si en mi matrimonio soy Iglesia Domestica, debo dar apertura a esa Iglesia y hacer que otros la conozcan, entren y se sientan acogidos en ella.

Muchas gracias Cristina por compartir con nosotros tus vivencias y tu compromiso en la sociedad como salesiana cooperadora.

Hay quienes dan alegría y esa alegría es su recompensa
(Khalil Gibram)

La alegría es la forma más simple de gratitud
(Karl Barth)