ASSCC de la Región Ibérica
Las personas que formamos parte de la Asociación de Salesianos Cooperadores en España y Portugal manifestamos nuestra repulsa y absoluta condena hacia cualquier tipo de violencia, incluido el acoso y la agresión sexual, y trasladamos el apoyo incondicional a las víctimas.
La violencia contra las mujeres es una de las más flagrantes violaciones contra los derechos humanos, que ocurre en todos los países, culturas y clases sociales, y que nace de la desigualdad entre hombres y mujeres.
Nuestra vocación nos lleva al trabajo en primera línea con la juventud y las personas más vulnerables. No podemos permanecer de manera pasiva ante la situación que están viviendo mujeres que sufren todo tipo de violencia, entendiendo “violencia” en un sentido amplio: violencia física, violencia sexual, violencia psicológica y violencia estructural.
También entre la juventud están latentes estas situaciones, a veces de una forma aberrante, otras disfrazada de normalidad y de “amor romántico” por lo que, en ocasiones, pasan desapercibidas. Una violencia que hace mella en la juventud provocando que crezcan lejos de la dignidad que Dios les confiere.
Como Salesianos y Salesianas, somos responsables de llevar a sus vidas el “no con golpes” del que somos herederos y portadores y, haciendo gala de nuestro Sistema Preventivo, detectar y actuar ante cualquier tipo de violencia.
Por ello nos comprometemos a seguir trabajando activamente en la educación de la juventud, población en la que sigue siendo alarmante la clara tendencia que existe hacia la violencia, concienciando a la juventud y a la infancia sobre su valía personal y transmitiendo los valores del respeto a las personas.
Así mismo queremos hacer un llamamiento a las personas adultas, haciendo visible cualquier tipo de discriminación o violencia, para que podamos construir modelos alternativos de convivencia, basados en el respeto y la igualdad en derechos y oportunidades.
Mantenemos nuestro deber de seguir formándonos para poder trabajar mejor por la juventud y a escuchar a las jóvenes para que, como decía Don Bosco, “no solamente sean amadas, sino que se den cuenta que se les ama”.
Rogamos a nuestra Madre Auxiliadora, mujer de su tiempo, que nos acompañe y nos conduzca por la senda de la justicia, para que nuestra labor sea beneficiosa y podamos construir una sociedad libre de violencia.
Somos conscientes de que alcanzar una igualdad es un proceso largo y complejo, pero como cristianos y cristianas estamos llamados a construir el Reino de Dios, erradicar una violencia que no cabe en nuestra sociedad, y comprometernos por la lucha, a la luz del Evangelio, de un mundo cada vez más justo para todas las personas.
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La mayoría de la gente no escucha con la intención de comprender.
Escucha con la intención de responder
(Steven R. Covey)