¿Qué supone para usted el Bicentenario que conclusiones saca?
Ante todo ha sido un año de Gracia, realmente como nos esperábamos, ha sido un año muy intenso de vida salesiana, un año en el que no hemos querido traducirlo en grandes festejos sino en un camino en la dirección y cercanía a Don Bosco y se traduce, evidentemente, en un intento en toda la Familia Salesiana de crecimiento en fidelidad a Don Bosco, crecimiento en la identidad carismática, traducido en nuestra opción preferencial por los pobres allá donde tenemos que seguir haciendo camino para estar más cercanos a ellos
¿Qué es lo que le llama más la atención de la vida Don Bosco?
Yo más que un episodio que serían anécdotas, lo que a mí me sigue fascinando de Don Bosco, es ese amor incondicional, esa pasión educativa que tenía por sus muchachos, que luego se traducía en tantas cosas: algunas simpáticas, otras desconocidas. Unido a ello algo que tantas veces nos olvidamos: Don Bosco, ante todo, intentaba acercar a sus muchachos a Dios, si le quitamos a Don Bosco esta parte estamos hablando de otro Don Bosco que no es el de la fundación de la Congregación Salesiana y de la Familia Salesiana.
¿Cómo podemos ser los Salesianos Cooperadores portadores del amor de Dios a los jóvenes?
Bueno la respuesta es más fácil viviendo realmente la identidad carismática que tenéis, que es vivir vuestra vocación salesiana laical, no tenéis que ser Salesianos SDB pero tampoco sois simplemente ex alumnos.
Hay una dimensión vocacional que tiene que ser siempre el punto de vuestra referencia y de vuestra pregunta es decir ¿En qué medida estamos viviendo con fidelidad nuestro ser laicos comprometidos, Salesianos cooperadores y salesianas cooperadoras? ¿qué nos pide hoy el Señor? la misma pregunta que nos hacemos los Salesianos SDB. ¿De dónde nos llegan a los salesianos y salesianas cooperadoras el grito de los jóvenes que nos necesitan? Porque esta pregunta no es sólo para los SDB, cada uno en la Familia Salesiana tenemos que hacerla ¿cómo ser más fieles hoy?