Boletín 610, marzo de 2017

En el número 610 de nuestro Boletín «Desde la SER» se nos animaba a reflexionar sobre el significado de la promesa. Reproducimos el artículo que escribió Benigno Palacios como subsidio para nuestra reflexión durante este periodo estival.

Si alguien nos preguntara ¿qué es los hace al salesiano cooperador ser cómo es?, deberíamos recordar que el artículo que contiene, a modo de síntesis, todo nuestro Proyecto de Vida: el artículo 32 del PVA/E. Esto es: “Significado y fórmula de la Promesa apostólica”.

“Muchos son los llamados pero pocos los escogidos” dice el Evangelio según San Mateo en el capítulo 22, y añado yo, que, menos aún son los que responden a la llamada de Dios. Es bueno recordar que, aunque Dios nos llama individualmente a través de nuestra vocación, nosotros hemos elegido responder al Señor dentro de una comunidad, dentro de nuestra Asociación.

¿Hace cuánto que no abres tu PVA por la página 50 y relees tu Promesa con la mirada profunda del Dios que te eligió? Esa Promesa, ¿nos descubre e indica nuestra forma de pertenecer, de ser parte de una comunidad cristiana?

Durante los próximos artículos seguiremos reflexionando sobre nuestra Promesa. Trataré de compartir con vosotros el camino que se nos propone a través de 4 compromisos personales. 4 ejes programáticos para nuestro proyecto personal de vida. Puede que sea nuestra forma de ser “comunidad cristiana de referencia” en este mundo.

Es bueno recordar cuál es el sentido y finalidad de la Promesa: “responder a una vocación que dura toda la vida y que se expresa en la vida diaria con el testimonio, apostolado y diversas formas de servicio” (PVA/E. 30.1)

En el comentario oficial al RVA se nos indica que la fórmula de la promesa tiene tres partes donde se nos expresa una actitud básica en cada una de ellas: una oración de adoración y agradecimiento al Padre, una respuesta generosa expresada en los compromisos asumidos y una súplica humilde y confiada pidiendo ayuda divina.

Igualmente, el artículo 27.3 del PVA/E nos indica que el sentido de pertenencia a nuestra Asociación comienza con la Promesa donde además se expresa nuestro propósito de vivir los compromisos bautismales a la luz del PVA:

Todo don procede de Dios por lo que todo compromiso importante en la vida tenemos que asumirlo y cumplirlo en su presencia. En la primera parte de nuestra Promesa nos dirigimos a Dios como Padre. ¿No es la forma más preciosa y digna de reconocerle y adorarle? Esta actitud de adoración es auténticamente cristiana como cuando Jesús se encontraba personalmente con Él diciendo “Abba”. Esta actitud no puede ser un mero sentimiento pasajero que brote del corazón, debe ser una expresión de fe viva, de ser consciente de que Dios me ama infinitamente de manera personal y gratuita.

De la misma manera, y de forma seguida, aparece una oración de agradecimiento. Esta expresión de sentirse agraciado con una serie de dones como son: la vida, la liberación del pecado en Jesucristo, la Iglesia Católica y conocer a la Familia Salesiana y su misión. Este saber que no podemos hacer ningún mérito para ganarnos todo esto, para “forzar” a Dios a que nos lo dé… Este sentimiento es lo que nos hace decir, junto al evangelista: “Te bendigo, Padre, porque has ocultado estas cosas a sabios y a inteligentes, y se las has revelado a los pequeños”.

Os deseo que tengáis una feliz Cuaresma y celebréis en vuestro corazón la Resurrección del Señor.

Todos, cuando estamos sanos, damos fácilmente consejos a los enfermos
(Tertuliano)