Cristóbal Marín Martínez e Irene Blaya Huertas
Queridos hermanos en Don Bosco:
En este mes del Sagrado Corazón de Jesús, os escribimos sobre la necesidad que tenemos de tener vinculaciones a las cosas más importantes y trascendentales de la vida para ser ciudadanos siempre libres.
En el artículo 3 del PVA/E, (una sola vocación: dos modos de vivirla), se dice en su punto 2: «Los Salesianos Cooperadores laicos realizan su compromiso apostólico y viven el espíritu salesiano en las situaciones ordinarias de vida y de trabajo con sensibilidad y características laicales».
Como laicos en el mundo, vivimos inmersos en una sociedad relativista donde nuestra misión es dar ejemplo continuamente sin contagiarnos y mantener vivas nuestras raíces y vinculaciones.
Sabemos que un árbol, ante la fuerza del viento, se mantiene más o menos estable según la longitud y profundidad de sus raíces. El hombre debe tener vínculos fuertes donde agarrarse para ser libre y feliz.
Simone Weil, filósofa y pensadora del siglo XX, decía: “El arraigo quizás sea la necesidad más importante y la menos conocida del alma humana… Un ser humano tiene raíces en virtud de su participación real, activa y natural en la existencia de una colectividad que conserva vivos ciertos tesoros del pasado y ciertos presentimientos del futuro”.
Ahora, ¿cuáles son esas raíces y vinculaciones más importantes según Weil? En tener un pasado, en tener una familia, un lugar del que venimos, en la propiedad, y en sabernos hijos de Dios. Son vínculos que, aunque no todos los hemos elegido, sí nos definen.
¿Qué es vinculo? La unión o atadura de una persona o cosa con otra. La unión entre dos factores diferentes.
El hombre necesita algo grande por lo que vivir. El mandamiento del amor. El vínculo más perfecto: “Amaos los unos a los otros”.
Ahora, os presentamos unas circunstancias que nos vinculan con la historia y la Pastoral Familiar, el nacimiento de Hogares Don Bosco, (HDB):
La carta del Rector Mayor de enero de 1964. Don Renato Ziggiotti se dirige a la Pía Unión de Cooperadores, (ASSCC en la actualidad), y les propone: “en el ambiente más cercano y querido para vosotros: LA FAMILIA: Hacer más cristiana y más educadora la propia familia”. La campaña se denominó y se difundió como La Familia Educadora.
La formación de los padres. Es la clave fundamental para una familia educadora. Algunos padres de la ASSCC, en Cuenca, (España), para formarse participan en unos cursillos de cristiandad. Eran de forma individual. Pero necesitaban formarse como matrimonios.
Ejercicios Espirituales para matrimonios de la ASSCC. Se lo solicitan, Don Benito Castejón, sdb, que los preparó e impartió.
Los primeros grupos. Algunos matrimonios, contentos con la formación recibida en los Ejercicios Espirituales, le propusieron a Don Benito continuar la formación reuniéndose en grupos.
Nace Hogares Don Bosco. Después de las experiencias vividas por estos primeros grupos, se forma el Movimiento de Pastoral Familiar Salesiano.
Pasados sesenta años del inicio de HDB por los SC, es un momento ideal para que fortalezcamos los compromisos de apostolado, apostando por una Pastoral Familiar y Juvenil fuerte, junto a la Congregación y la Iglesia.
Multipliquemos nuestros esfuerzos educativos la salvación de las almas de nuestros hijos y jóvenes, como haría Don Bosco hoy. Con la intercesión de María Auxiliadora.
En bien hablar, nada se pierde
(Refranero español)