Mónica Domingo Martínez
…que marcan mi camino… y que me he dado cuenta, quizás, demasiado tarde.
En el boletín de septiembre, Ángeles nos comentaba en su artículo, que compartiríamos la vida y el testimonio de personas que han sido referentes en nuestro día a día.
La verdad es que a finales del verano, principios de septiembre, ha sido un periodo de pérdidas significativas en mí día a día. Para ellas, este pequeño homenaje.
En agosto falleció María López (SC, centro Madre Mazzarello). María era una mujer muy vital, desbordaba vitalidad por todas partes. Mujer activa, entregada y siempre acompañándome en mi camino de SC. Siempre tenía buenas palabras para todas las situaciones y me animaba en mis compromisos con la Asociación y la iglesia local. Una gran pérdida, sobre todo para su marido, Manel, y su familia. Ojalá, si yo llegara a su edad, fuera capaz de tener una pequeña parte de esta vitalidad y ánimo.
En septiembre, dos pérdidas, también significativas: Joan Marquès (SDB) y Montserrat Derch (FMA).
De Joan recuerdo unas palabras que dijeron en su celebración de la vida: “el que vulguis, com vulguis i quan vulguis” (lo que quieras, como quieras y cuando quieras). ¿Puede existir una disponibilidad más grande hacia la voluntad de Dios que estas palabras?
¿Dónde quedan estas palabras en mí vida? ¿Las creo? ¿Las vivo? Necesito de la oración para que pueda crecer en mí esta disponibilidad.
Joan, ojalá me acompañes y crezca en mi un poquito de tu entrega total.
Y… ¿qué decir de Montse? Ya hacía tiempo que estaba enferma, y ya no era ella misma.
No era la que, en mi camino de coordinadora provincial, estaba SIEMPRE a mi lado; con una presencia discreta, pero permanente y constante. Tal y como se dijo en su celebración: “Montse, donem gràcies a Déu per la vida” (Montse, damos gracias a Dios por la vida) y por haberla compartido contigo.
Sé que, desde allí donde estés, me animas a seguir adelante. Gracias, Montse.
Otra persona referencial. Unos días antes de Navidad nos dejó Angelines Aznar (SC, centro Don Bosco, Barcelona).
Angelines fue una mujer entregada primero, a su familia, y después, pero casi en el mismo nivel, a todas aquellas personas necesitadas, cercanas o no.
La recuerdo en Santa Dorotea, montando tenderetes en los que vendía sus labores, organizando tómbolas… participando siempre en cualquier actividad solidaria con la finalidad de ayudar a los demás.
Cuando se celebraba algún encuentro asociativo, ella y su esposo Manolo (SC que ya nos dejó), siempre estaban allí. Su sentido de pertenencia era total.
Angelines se entregaba, en cuerpo y alma, a las ADMA. Fervorosa devota de María Auxiliadora, siempre la mencionaba: Ella sí, lo ha hecho todo.
Fui al tanatorio para acompañar a Nines (su hija). Estaba muy triste. Qué casualidades tiene la vida: Angelines se fue, en la misma fecha pero siete años después, que Manolo.
En su celebración, sus nietos dieron testimonio de su vida; una vida llena de amor.
Destacaron una frase que ella decía: “quereos mucho, perdonaos todo”. Ojalá este mensaje cale en mi vida.
Desde estas líneas, mi pequeño homenaje a aquellas personas que tenemos cerca, con las que hemos compartido y compartimos su luz y la luz de Cristo.
Gracias.
El poder sin autoridad es tiranía
(Jacques Maritain)