Boletín 599, marzo 2016
En el número 599 de marzo de 2016 publicamos otro extracto significativo de un artículo de Benigno Palacios acerca de nuestro PVA.
A medida que vamos profundizando en nuestro PVA descubrimos preciosos detalles que nos hacen admirarnos de la Asociación tan rica y tan llena de vida a la que pertenecemos.
Quiero detener mis pasos durante algún que otro artículo en la organización de la Asociación y repasar, con vosotros, aquellos artículos, en este caso tanto del Estatuto (PVA/E) como del Reglamento (PVA/R) en los que hace referencia a esto.
Comenzaré este recorrido por el ámbito local en el que vivimos en el día a día. Pero primero respondamos a esta pregunta ¿Por qué organizarnos? Recuerdo que esta pregunta, que muchas veces nos hacemos, ya trató de responderla Mª Teresa Castells en uno de nuestros encuentros nacionales y no sólo lo consiguió sino que lo presentó magistralmente. Os invito a que busquéis, entre vuestros papeles las ponencias del IV Encuentro Nacional de Cooperadores Salesianos y releáis lo que allí se decía, de plena actualidad, sobre lo que significa ser Asociación.
Yo querría traer, para responder a esta cuestión, dos artículos del PVA/E: el 22.2 y el 11. En el primero nos recuerda que, para llevar a cabo nuestra misión (acompañar a los jóvenes y a los desfavorecidos en su vida), tenemos que ser, en primer lugar, responsables unos con otros, con un sentimiento de auténtica hermandad. En el segundo artículo, cuando habla de las actividades que se nos ofrecen para realizar una labor apostólica, se nos sugiere que debemos ser capaces de hacer crecer nuestra Asociación. Quiero pensar entonces que nuestra organización no es ni más ni menos que el fruto del esfuerzo por hacer realidad eso que nos decía Don Bosco: “Vis unita fortior – Funiculus triple difficile rúmpitur”.
Dejándonos el buen sabor que tiene el recuerdo a la historia de nuestro fundador quiero reunir aquí, en unas pinceladas, una serie de ideas sobre cómo dice nuestro PVA que debe ser la organización de nuestros centros locales. Hagamos, entonces, el recorrido típico que tiene un Centro local. Contemos, entonces, un bonito cuento.
Érase una vez un grupo de personas, laicos todos ellos, que se sintieron atraídos por la figura y la obra que conocían de San Juan Bosco (PVA/E, artículo 13). La mayoría de ellos estaban más o menos, relacionados con una obra salesiana (PVA/E artículo 25 y, tras exponer su deseo de ser como Don Bosco (PVA/E, artículo 2) a una hermana salesiana, ésta les animó y decidieron emprender juntos un camino de formación para discernir si esa era su auténtica vocación en la vida (PVA/E, artículo 27)
En la obra salesiana en la que empezaron a formarse no había ningún grupo de cooperadores por lo que iniciaron, a la vez, una tarea de comunicación con el Consejo provincial para ir conociendo la realidad de la Asociación. Mientras que eran aspirantes, este grupo de personas era acompañado en su formación por un Salesiano Cooperador (PVA/R, artículo 13.2) y por la salesiana con la que habían empezado este proyecto en la función de Delegada de dicho centro (PVA/E, artículo 26)
Tras una seria preparación, y habiendo obtenido la respuesta positiva a su petición de hacer la promesa, 10 de los que iniciaron su camino juntos, fueron acogidos como salesianos cooperadores (PVA/E, artículo 27.3)
Una de las primeras tareas que tuvieron que hacer fue constituirse como Centro local en formación (PVA/R, artículo 18) y hacer frente, en Asamblea, a la elección de unos consejeros para formar el Consejo local (PVA/E, artículo 36.2 PVA/R, artículo 19). Una vez elegidos sus miembros, el Consejo tuvo su primera reunión para elegir al Coordinador local (PVA/R, artículo 20.2), al Secretario y al Administrador. Igualmente designaron a un responsable para la formación (PVA/R, artículo 21.2). Ante la consulta de la Inspectora al Consejo local sobre el parecer del nombramiento de la delegada local, dieron su parecer positivo a que siguiera la hermana que les había acompañado (PVA/R, artículo 23.3).
Poco a poco fueron conociendo cuales eran sus responsabilidades al frente del Centro local (PVA/R, artículos 21 y 22) y las cumplieron ejemplarmente. Incluso hubo alguno de ellos que fue enviado desde su centro para asumir un puesto de servicio en el consejo provincial (PVA/R, artículo 24) pero es otra historia y deberá ser contada en el próximo artículo.
Feliz Cuaresma hermanos
Los amigos son ladrones del tiempo
(Francis Bacon)